Santoral

¿Qué santos se celebran hoy, domingo 22 de junio de 2025?

santos 22 junio
San Paulino de Nola.
Blanca Espada

¿Qué santos se celebran hoy, domingo 22 de junio de 2025? En este día, la Iglesia católica recuerda a varias figuras de profunda relevancia histórica y espiritual. Se trata de hombres que vivieron tiempos convulsos y que, desde su fe y su entrega, supieron dejar una huella imborrable en sus comunidades. Sus vidas, llenas de sacrificio, búsqueda interior y compromiso con el prójimo, siguen hablándonos siglos después. A través de sus historias podemos intuir los anhelos, las decisiones difíciles y la grandeza silenciosa de quienes optaron por servir antes que mandar, por el Evangelio antes que por el poder.

Entre los santos que hoy se conmemoran, destacan tres figuras muy distintas entre sí, pero unidas por un denominador común: su fidelidad. Hablamos de San Paulino de Nola, un aristócrata romano que cambió la toga por el hábito y dedicó su vida a los pobres; San Juan Fisher, un intelectual inglés que prefirió el martirio antes que traicionar su conciencia; y San Clemente, un senador del siglo I cuyo ejemplo nos llega entre las brumas del tiempo como testimonio de fe y valentía ante el Imperio. De los tres conocemos a continuación su vida al detalle, además de enumeraros al resto de santos que se celebran en este día.

San Paulino de Nola

Nacido en Burdeos en el año 355 con el nombre de Poncio Meropio Ancio Paulino, este futuro santo tenía todos los ingredientes para una carrera brillante en el Imperio Romano: una familia noble, una educación excelente y acceso a los más altos cargos. Fue discípulo del poeta Ausonio, se formó en leyes y filosofía, y llegó a ser nombrado senador antes de los 25 años. Sin embargo, algo dentro de él empezó a cambiar. En vez de seguir la senda de la política, Paulino decidió escuchar la llamada de algo más profundo. Su matrimonio con Teresa, una mujer cristiana, marcó un punto de inflexión: fue ella quien le acompañó en el camino hacia la fe.

Su conversión se consolidó tras un durísimo golpe: la muerte de su hijo recién nacido. A partir de entonces, Paulino eligió la vida monástica, renunció a su fortuna y se trasladó a Nola, donde era especialmente devoto de San Félix. Allí fundó dos cenobios (uno masculino y otro femenino) y una basílica dedicada al santo. A pesar de sus problemas de salud, organizó una red de ayuda a los pobres y se convirtió en un referente espiritual para su comunidad. Cuando los visigodos arrasaron Nola, Paulino vendió hasta el último de sus bienes para rescatar prisioneros, y al quedarse sin nada, incluso se ofreció a sí mismo como rehén.

Una leyenda narra que fue vendido como esclavo y llevado a África, pero que gracias a un sueño profético logró liberar no sólo a sí mismo, sino también a los prisioneros de Nola. Su regreso fue recibido entre flores, un gesto que dio origen a la actual Fiesta de los Lirios, que se celebra cada 22 de junio en Nola. Murió en el año 431, después de una dolorosa enfermedad, rodeado del clero y en oración. Fue enterrado junto a San Félix, tal y como él mismo había deseado.

Además de su labor pastoral, Paulino fue un hombre de letras. Mantuvo correspondencia con figuras como San Ambrosio, San Jerónimo y San Agustín, y dejó una obra poética (los Carmina) considerada uno de los mayores exponentes de la literatura cristiana antigua. Su figura encarna ese cruce fascinante entre cultura clásica y fe cristiana que caracterizó a los primeros siglos del cristianismo.

San Juan Fisher

Mientras que Paulino se movía en los mármoles del Imperio, Juan Fisher vivió en la Inglaterra del siglo XVI, en plena ebullición política y religiosa. Nació en 1469 en Yorkshire y desde joven mostró una inteligencia brillante. Se formó en la Universidad de Cambridge, donde más tarde fue rector y figura clave en el impulso del humanismo. Además de ser un erudito, fue también consejero espiritual de la poderosa Margarita Beaufort, madre de Enrique VII, y con su apoyo impulsó la fundación de los colleges de San Juan y Cristo.

En 1504 fue nombrado obispo de Rochester, cargo que desempeñó con humildad y celo pastoral. Su compromiso con la ortodoxia católica lo llevó a enfrentarse abiertamente a la reforma protestante y a las nuevas ideas que llegaban desde el continente. Pero lo que marcó su destino fue su oposición frontal al divorcio entre Enrique VIII y Catalina de Aragón. Como confesor de la reina, y hombre de principios, se negó a avalar el proceso que terminó con la ruptura de la Iglesia de Inglaterra con Roma.

Por negarse a firmar el Acta de Supremacía, que declaraba al rey cabeza de la Iglesia, Fisher fue encarcelado en la Torre de Londres junto a Tomás Moro. En un intento de protegerlo, el papa Paulo III lo nombró cardenal. Sin embargo, lejos de salvarlo, ese gesto aceleró su condena: fue decapitado el 22 de junio de 1535. Su cabeza, exhibida en el Puente de Londres, fue retirada sólo cuando empezó a atraer demasiada atención por su apariencia incorrupta. Su testimonio de integridad moral lo convirtió en mártir, y fue canonizado en 1935.

Hoy, la Iglesia católica lo celebra junto a su inseparable amigo y compañero de martirio, San Tomás Moro. Ambos representan la conciencia libre y fiel frente al poder absoluto, y son símbolos de resistencia ética frente a las imposiciones políticas.

San Clemente

Menos conocido pero igualmente significativo es Tito Flavio Clemente, un noble romano del siglo I perteneciente a la poderosa dinastía Flavia. Fue cónsul en el año 95, durante el reinado del emperador Domiciano, que era a la vez su tío político. Casado con Flavia Domitila, también de la familia imperial, tuvo una vida marcada por el poder… hasta que fue acusado de ateísmo y costumbres judías, una fórmula ambigua que muchos historiadores interpretan como una alusión a una posible conversión al cristianismo.

Lo cierto es que Clemente fue ejecutado, y su esposa exiliada. No hay pruebas directas de que profesara la fe cristiana, pero la tradición lo incluye entre los primeros mártires, y su figura fue recuperada por la Iglesia a partir del siglo VIII. Se dice que dos de sus hijos fueron adoptados por el propio Domiciano como herederos, aunque su destino posterior se desconoce. La historia de Clemente, envuelta en sombras, nos habla del precio de la fe en los primeros siglos, cuando confesar a Cristo podía significar el fin, incluso en el seno de la aristocracia romana.

Otros santos que se celebran el 22 de junio:

Junto a los mencionados, en este día se celebra también a estos otros santos:

  • san Tomás Moro
  • san Albano de Verulamio, mártir
  • santos Julio y Aarón, mártires
  • san Eusebio de Samosata, obispo
  • san Nicetas de Remesiana, obispo
  • beato Inocencio V, papa
  • beata María Lhuillier, virgen y mártir

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