Ana Julia cuando trasladaba el cadáver de Gabriel: «¿Quieren un pez? Le voy a hacer un pez… mis cojones»
Desde el principio de la desaparición de Gabriel el 27 de febrero, relatan los investigadores, Ana Julia Quezada estuvo yendo a la finca de Rodalquilar donde escondía el cadáver del niño. Su intención era acudir acompañada para no levantar sospechas mientras vigilaba que nadie ni animal alguno habían encontrado el lugar donde yacía enterrada su víctima.
Así pasaron los días con Ana Julia reclamando a la familia de su víctima que le acompañara a la finca de Rodalquilar porque hasta ese punto llegaba esta mujer fría y calculadora y así lo demuestran cientos de folios del sumario que explica el caso. Eso hizo Ana Julia, manipular a sus más allegados hasta que encontró el día y el momento propicio para mover el cadáver a un lugar seguro y en la medida de lo posible incriminar a un tercero. Lo dicen, convencidos, los investigadores.
Lo hizo el 11 de marzo pasadas las 10 de la mañana pero lo que la asesina no sabía es que los investigadores no la perdían de vista desde el día que encontró la camiseta del pequeño tirada en el monte. Tanto, que la Guardia Civil con autorización judicial le había puesto micros en su coche. La secuencia de los hechos la relatan los agentes que la seguían sin tregua desde hacía una semana y que a punto estuvieron de cogerla con las manos en la masa cuando unos días antes se deshacía de la ropa del pequeño Gabriel.
Esa mañana los guardias la siguieron hasta la finca de Rodalquilar y la vieron desenterrar al pequeño, envolverlo en una toalla y meterlo en el maletero. Los guardias lo grabaron todo mientras contenían su rabia. Aún les esperaba una nueva sorpresa cuando Ana Julia, con el cuerpo de su víctima en el maletero del coche, comenzó a mascullar entre dientes parte de su plan faltándole el respeto al menor.
Así descubrieron los investigadores una conversación que, refleja el atestado de la Guardia Civil, demuestra “el más absoluto desprecio de Ana Julia por la vida del menor Gabriel Cruz” al grabar con sus micros como Ana Julia nada más montarse en el vehículo y con el cadáver del niño en el maltero decía “adonde puedo llevar yo a este, a algún invernadero”. Igualmente minutos después y con el mismo desprecio se manifiesta la misma Ana Julia diciendo “¿No quieren un pez? Le voy a hacer un pez ….mis cojones” en referencia al apodo por el que se conocía a Gabriel Cruz tras su desaparición.
Lo demás está en el relato de los guardias que prestaron declaración para explicar cómo hallaron al pequeño y cómo decidieron detener la huida de Ana Julia cuando tras seguirla durante kilómetros con el cadáver del pequeño en su maletero intentó meterse con su coche en el garaje de la vivienda que compartía con el padre de Gabriel. Ante la evidencia de que la asesina no tenía cómplices y el temor a perder de vista el coche con el cuerpo del delito, los guardias detuvieron a la asesina. Imputada ahora de un delito de asesinato, otro de detención ilegal y un tercero contra la integridad moral de Gabriel gracias a los micros que los investigadores pusieron en el vehículo de Ana Julia.
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