Por qué la Semana Santa cambia de fecha cada año

Todo el mundo sabe que la Semana Santa cambia de fecha cada año. Pero, ¿a qué se debe? Vamos a esclarecer los motivos de esta situación, ya que solo sucede con esta semana de pasión que conmemora la muerte y resurrección de Jesucristo.

Si observamos las fechas religiosas, cada año celebramos el nacimiento de Jesús el 25 de diciembre, así como la Epifanía el 6 de enero, que en España se equipara a la llegada de los Reyes Magos al nacimiento del profeta de los cristianos.

Otras fiestas importantes a nivel de religión cristiana que no cambian de fecho son las Fiestas de San Juan Bautista, el 21 de julio, o la Asunción de la Virgen María, que cada año se celebra el 15 de agosto. Entonces, ¿cuál es el motivo del cambio de la Semana Santa, que también sucede con el Carnaval?

La Semana Santa cambia de fecha cada año porque el calendario lunar y el solar no coinciden siempre. Así pues, como la mayor parte de estas festividades fueron heredadas de las costumbres de los romanos, que se regían por el calendario solar, pero las fiestas pasionales se regían por la luna, cada año varían los días de celebración.

Por ejemplo, podemos observar el caso del San Juan Bautista, que los cristianos celebran cada 21 de julio coincidiendo con el Solsticio de Verano, igual que el nacimiento de Jesús, que lo hace con el Solsticio de Invierno. Los romanos tenían festividades en esas fechas. El 25 de diciembre, por ejemplo, celebraban el día de Saturno, cuando montaban grandes banquetes y sacrificios.

Sin embargo, las fiestas de la pasión de Cristo se rigen por el calendario lunar, ya que Jesús resucitó en la Pascua, al comienzo de la primavera, fiesta en la que los judíos celebraban su salida de Egipto. Y para ello, debía haber luna llena, pues gracias a ella que pudieron escapar del control del faraón, ya que no tuvieron que encender antorchas.

Recordemos que los orígenes del cristianismo se encuentran en el judaísmo. De ahí que la muerte de Cristo se celebre el día de la Pascua Judía. No obstante, para no confundir fechas, en el año 325, en el Concilio de Nicea que convocara el emperador romano Constantino se decidió que el Domingo de Resurrección se celebraría cada domingo pasada la primera luna llena después de la entrada de la primavera. Y ese es el motivo por el que la Semana Santa varía de fechas año a año.