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Alternativa a los fármacos

La prótesis de pene no afecta al orgasmo ni a la eyaculación, según un experto

Uno de cada cinco hombres sufre disfunción eréctil y es más frecuente en mayores de 40 años

Cuando los tratamientos tradicionales como medicamentos o inyecciones intracavernosas fallan, la prótesis de pene es la solución definitiva

El Instituto de Urología y Medicina Sexual señala que la disfunción eréctil afecta, aproximadamente, a uno de cada cinco varones, y es más frecuente en mayores de 40 años. Esta afección se caracteriza por la incapacidad del pene de mantener la erección lo suficientemente rígida como para permitir una relación sexual satisfactoria.

Cuando un hombre es diagnosticado con disfunción eréctil, las primeras soluciones pasan por suministrar diferentes medicamentos o inyecciones intracavernosas. «Las prótesis de pene se ponen cuando los pacientes no tienen respuesta los fármacos para la erección», explica el doctor François Peinado, cirujano urólogo especialista en próstata, Peyronie y medicina sexual.

Y asegura que se trata de «una solución definitiva». Es una cirugía en la que se introducen unos cilindros en los cuerpos cavernosos. «El paciente puede tener las erecciones cuando quiere y el tiempo que desea. No afectan al orgasmo ni a la eyaculación», afirma.

En el proceso de implantación de la prótesis de pene se introducen quirúrgicamente dos cilindros en los cuerpos cavernosos del pene. Actualmente existen dos tipos de prótesis, dependiendo de las características y necesidades de cada pacientes.

Dos tipos

Las prótesis modernas o de tres componentes: Constan de un depósito donde se aloja el suero que está comunicado con los cilindros, y que servirá para hinchar la pieza. Además, se coloca una bomba en el escroto -entre los testículos-, que permite el accionamiento del aparato implantado. El paciente aprieta la bomba (una especie de pelota pequeña) y se abre el depósito que contiene el líquido, que está situado sobre el abdomen, y que llena los dos cilindros simulando la erección.

La prótesis de pene maleable: El mecanismo consta de dos cilindros de silicona semi-rígidos que se manejan de forma manual, es decir, es el paciente el que coloca los cilindros para poner el pene recto al mantener relaciones sexuales. El mayor inconveniente que presenta este tipo de prótesis para algunos pacientes es que estos sienten una erección continua, aunque pueden doblar el pene según sus necesidades. En este sentido, el doctor Peinado defiende la importancia de advertir a los usuarios del funcionamiento del mecanismo y recomienda su implantación para aquellos que tengan problemas de movilidad en las manos y les suponga una dificultad inflar la prótesis de tres componentes.

Riesgos asociados a la operación

Una de las grandes dudas de los pacientes es conocer si alguno de los componentes de la prótesis se puede ver desde el exterior. En este sentido, el doctor Peinado asegura que no, aunque sí pone de manifiesto algunos de los peligros que puede acarrear la operación. En el caso de la anestesia, no es necesario que esta sea general, se puede utilizar la raquídea que únicamente priva de la sensibilidad de cintura para abajo, y el tiempo de ingreso oscila entre uno y dos días.

Uno de los peligros sería el fallo del mecanismo, cuya solución sería extraer el material introducido. Algunos efectos secundarios de la cirugía pueden ser «el dolor de pene o escroto, enrojecimiento o inflamación en la zona de la zona quirúrgica, fiebre o supuración de la herida, aunque todos estos síntomas son pasajeros. Si los síntomas persisten podría haber una infección, pero esto pasa en el 3% de los casos», concluye el doctor Peinado.