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A partir de los 65 años

Una dieta rica en polifenoles previene la inflamación en personas mayores

Los polifenoles presentes en el té verde, chocolate amargo, manzana, granada y arándanos pueden afectar positivamente en la salud de este colectivo al inducir la producción del metabolito IPA, un posbiótico con propiedades antioxidantes, neuroprotectoras y antiinflamatorias

Los polifenoles de la dieta pueden prevenir la inflamación en personas mayores al alterar la microbiota intestinal e inducir la producción de ácido indol 3-propiónico (IPA), un metabolito derivado de la degradación del triptófano por las bacterias intestinales. Así lo recoge un estudio realizado por el grupo de Biomarcadores y Metabolómica Nutricional y Alimentaria de la Universidad de Barcelona y del área CIBER de Fragilidad y Envejecimiento Saludable (CIBERFES) y encabezado por la catedrática Cristina Andrés-Lacueva, de la Facultad de Farmacia y Ciencias de la Alimentación de la UB.

El equipo investigador está integrado también en la Red de Innovación Alimentaria de Cataluña (XIA) y los resultados se han publicado en la revista Molecular Nutrition and Food Research.

Los polifenoles son compuestos naturales que ingerimos principalmente a través de frutas y verduras de la dieta, considerados probióticos. Las propiedades antioxidantes y antiinflamatorias de varios polifenoles dietéticos son bien conocidas y asimismo, tienen la capacidad para interactuar con las bacterias presentes en nuestro intestino, produciendo posbióticos, lo que suma a sus efectos positivos en la salud. Los posbióticos como el IPA son sustancias producidas por probióticos, en este caso los polifenoles de la dieta, que ejercen efectos metabólicos con actividad beneficiosa sobre la salud.

Patrón de dieta mediterránea

Cada vez hay más evidencias que confirman que el consumo regular de polifenoles en la dieta puede contribuir a un envejecimiento saludable, especialmente si forman parte de una dieta sana (como la Mediterránea) y si se asocian a un estilo de vida que incluya actividad física regular, evite consumo de tabaco y alcohol, y reduzca el estrés mental y físico. El estudio, que cuenta con participación internacional, de la Universidad de Milán (Italia), Quadram Institute (UK) and IRCCS INRCA (Italia) muestra que la interacción entre los polifenoles y la microbiota intestinal puede inducir la proliferación de bacterias con la capacidad de sintetizar metabolitos beneficiosos, como el ácido indol 3-propiónico (IPA).

El IPA es un posbiótico que tiene propiedades antioxidantes, antiinflamatorias y neuroprotectoras, y contribuye a aumentar la salud de la pared intestinal. Así, contribuiría con la prevención de diversas enfermedades asociadas a la edad. «Teniendo en cuenta los efectos beneficiosos del IPA sobre la microbiota intestinal y la salud en general, es importante encontrar estrategias fiables para promover la producción de este metabolito», indica Tomás Meroño, investigador del CIBERFES y la UB y co-primer firmante del estudio.

En este trabajo utilizaron un análisis multiómico para monitorear los niveles de IPA en el suero, y la composición de la microbiota intestinal en las heces de 51 voluntarios mayores de 65 años que consumían una dieta rica en polifenoles (que incluía té verde, chocolate amargo y frutas como manzanas, granadas y arándanos) durante 8 semanas.

IPA en sangre y crecimiento de bacterias

Los resultados, obtenidos en colaboración con otros investigadores de Italia y Reino Unido, indican que la dieta rica en polifenoles generó un aumento significativo de los niveles de IPA en sangre, junto con una reducción de los niveles de inflamación y promovió cambios en bacterias de la microbiota, del orden Bacteroidales. Curiosamente, no se observaron los mismos efectos en voluntarios con enfermedad renal, presumiblemente como consecuencia de una composición alterada de la microbiota intestinal. Estos sujetos también se caracterizaron por cantidades más bajas de IPA al comienzo del ensayo, en comparación con los voluntarios con función renal normal.

Al respecto, Cristina Andrés-Lacueva concluye que «estos resultados podrían ser clínicamente relevantes ya que niveles bajos de IPA se han asociado con una rápida disminución de la función renal y con la enfermedad renal crónica». En conclusión, una dieta rica en polifenoles incorporando alimentos probióticos como el té verde, el chocolate negro, manzanas, granada y/o arándanos mejora la producción de IPA a través de los cambios en la composición de la microbiota intestinal. Este incremento de los niveles de un posbiótico como el IPA en adultos mayores podría beneficiarlos al retrasar o prevenir enfermedades crónicas que perjudiquen su calidad de vida.