El restaurante del País Vasco, con una estrella Michelin y un precio que no te vas a creer está a 30 minutos de Bilbao
Garena, es el restaurante con estrella Michelín en el que comer por menos de 50 euros
El insólito restaurante vasco que lleva 33 años abierto y esconde un frontón de 1860 en su interior
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En el País Vasco comer bien no es algo casual sino una norma y una evidencia. Da igual si te sientas en una barra de Donosti o en un pequeño restaurante de Bizkaia: el nivel gastronómico de esta tierra impresiona. Pero más allá de los nombres conocidos y los locales de moda, hay rincones que sorprenden precisamente por eso, por ser menos conocidos, pero ser también destacados, sobresalen entre los muchos que hay y encima son baratos. En concreto, os hablamos de un restaurante del País Vasco que está sólo a media hora de Bilbao, escondido entre montes, prados y caseríos que parecen de postal y que si bien tiene una estrella Michelín, también ofrece un menú por menos de 50 euros.
Se llama Garena, y detrás de sus fogones está Julen Baz, un chef joven que ha conseguido lo que muchos sueñan: transformar la cocina tradicional vasca en algo actual sin perder ni un ápice de su esencia. Su restaurante ocupa un baserri del siglo XVII en el pequeño pueblo de Dima. Allí, en ese entorno rural, Baz ha levantado un espacio cálido, íntimo y con una propuesta tan honesta como ambiciosa. Desde 2022 luce una estrella Michelin, aunque lo más llamativo no es eso, sino su forma de entender la alta cocina: en Garena se puede disfrutar de una experiencia con sello Michelin por sólo 48 euros. Y sí, has leído bien. Alta cocina, producto local, fuego de brasas y un precio que rompe todos los esquemas.
Así es el menú de menos de 50 euros con estrella Michelin
El encanto de Garena empieza antes de sentarse a la mesa. El caserío, rodeado de viñedos, conserva su esencia de antaño con piedra, madera y una chimenea que huele a hogar. Pero al cruzar la puerta, la sensación cambia: la tradición se encuentra con una cocina moderna, luminosa y llena de matices. Y esa idea se percibe en cada plato, incluso en los de su propuesta más asequible: el menú de la taberna, que cuesta apenas 48 euros por persona.
Este menú, disponible en la planta baja del caserío, es la mejor forma de acercarse al universo de Garena sin necesidad de invertir una fortuna. Se compone de dos aperitivos, cuatro entrantes y un postre, con platos que cambian según la temporada y la disponibilidad del producto local. No hay carta fija, y ahí reside parte de su encanto: cada semana puede haber sorpresas. Un día puede tocar una sopa de mar y montaña con toque ahumado, y otro una menestra con verduras de huerta vizcaína y un fondo de caldo reducido que resume el alma de la cocina vasca.
El chef apuesta por ingredientes de cercanía (quesos artesanos, carne de vaca de la ganadería Mugarrieta o sidras locales) y utiliza las brasas como hilo conductor. No faltan los caldos, las reducciones ni esas combinaciones que respetan la esencia del producto pero la elevan con técnica y sutileza. El resultado es una experiencia que no se olvida fácilmente. Además, la presentación del menú va acompañada de pequeños gestos que reflejan la filosofía de la casa: antes de cada servicio, el equipo quema ramas de laurel como una antigua costumbre para ahuyentar los malos espíritus. Un detalle que resume bien ese equilibrio entre lo ancestral y lo contemporáneo que define a Garena.