UGT y CCOO, los palanganeros del separatismo
UGT y Comisiones Obreras hace demasiado tiempo que son, en Cataluña, los palanganeros del separatismo, los sirvientes que, a cambio de una generosa propina, le limpian los zapatos, y lo que haga falta, al señorito nacionalista que los mantiene. El próximo 18 de diciembre estos sindicatos, teóricamente ‘de clase’, van a formar parte de la manifestación supremacista que el independentismo organiza en Barcelona para defender el monolingüismo –en catalán– en las escuelas catalanas. Va a ser la segunda oleada de linchamiento público a la familia de Canet, y al resto de padres que han exigido sus derechos cívicos: poder escoger enseñanza en lengua materna para sus hijos. A UGT y CC.OO, dado que van a esta concentración de tintes totalitarios, les debe parecer bien vulnerar los derechos de los castellanohablantes.
El independentismo asegura que hay que «defender la escuela catalana» porque un 25% de docencia en español les parece una barbaridad. Pero luego presumen de que los niños acaban su período escolar dominando al mismo nivel catalán y castellano. Basta con escuchar hablar a la gran mayoría de los dirigentes secesionistas para comprobar la falsedad de este mantra. Pero UGT y CC.OO están de acuerdo con esta visión mentirosa de la enseñanza en Cataluña, y se manifestarán al lado de entidades tan ‘transversales’ como Òmnium Cultural o la ANC. De hecho, no sólo participan, sino que se puede considerar que estos dos sindicatos son organizadores.
¿Por qué? Porque las sectoriales de Educación de UGT y Comisiones Obreras forman parte de Somescola, la plataforma que organiza la manifestación. ¿Qué es Somescola? Una organización cuyo lema es «por un país de todos, la escuela en catalán». Por supuesto, para ellos «país» es Cataluña y el castellano no tiene cabida en las aulas, porque si la enseñanza no es «en catalán» entonces el «país» no es «de todos». Que la mayoría de los afiliados y votantes de ambos sindicatos sean castellanoparlantes les importa un pito a sus dirigentes.
Les importa tan poco que veamos con qué tipo de personal está UGT y CCOO en Somescola. Por supuesto, las asociaciones que promovieron el golpe de Estado del 1-O, Òmnium Cultural y la ANC, forman parte. Otra es Plataforma per la Llengua, la entidad megasubvencionada por la Generalitat que confesó que espiaba, sin pedir permiso a los padres, la lengua que hablaban los niños en los patios. Sin olvidarnos del Sindicat d’Estudiants dels Països Catalans, algunos de cuyos miembros tienen por costumbre agredir y acosar a los jóvenes constitucionalista de S’ha Acabat! en varios campus, sobre todo en el de la Universidad Autónoma de Barcelona. Otra ‘joya’ es la Intersindical-CSC, el sindicato que tiene como referente moral y uno de sus principales líderes a Carles Sastre, un ex terrorista que estuvo once años en prisión por diversos delitos, como pertenecer a banda armada o ser el co-autor del asesinato José María Bultó, al que mataron poniéndole una bomba lapa en el pecho.
Comisiones Obreras aún intenta, de vez en cuando, disimular su servilismo hacia el secesionismo catalán. UGT Cataluña no puede, porque está copada por dirigentes independentistas. Su secretario general, Camil Ros, proviene de Maulets, una entidad de la izquierda separatista más radical, que mantenía lazos con las juventudes de Batasuna, Jarrai. Comparte origen político con Cesc Poch, la mano derecha del actual secretario general de la UGT a nivel nacional, Josep Maria Álvarez, del que es su jefe de gabinete. Es cierto que tanto Poch como Ros pasaron de la Jarrai catalana a las juventudes de ERC y abominaron de la lucha armada como método político. Pero la radicalidad separatista nunca la han perdido.
Si usted milita o vota a CCOO o UGT en cualquier lugar de España, ya sabe a qué tipo de entidades catalanas apoyan estos dos sindicatos. Y cuando escuchen noticias sobre el linchamiento mediático que sufren los padres de Canet, y otras familias catalanas que sólo piden docencia en español para sus hijos, han de tener claro que esos dos sindicatos forman parte del tribunal de la horca.
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