El PSOE no debe jugar a ser Podemos
Lo de menos es si el PSOE se va a abstener para permitir la investidura de Rajoy, porque Rajoy será presidente no por su abstención, sino porque ganó las elecciones del 20D, ganó aún más las del 26J, y arrasaría en unas terceras elecciones. Lo verdaderamente importante es si han aprendido la lección, si van a recuperar la cordura, si van a abandonar el frentismo ‘guerracivilista’ de Zapatero, si van a volver al centro izquierda moderado y si por fin van a empezar a enfrentarse a Podemos. Porque ya lo dijo hace tiempo el socialista Nicolás Redondo Terreros: «Si jugamos a Podemos, gana Podemos». Y tampoco es que hubiera que ser adivino para verlo, porque Pablo Iglesias ha dicho y escrito repetidamente que su principal objetivo es acabar con el PSOE para ocupar él su sitio.
En el panorama político español surgieron dos nuevas fuerzas políticas. En el centro izquierda, Ciudadanos, y en la extrema izquierda, Podemos. Evidentemente Ciudadanos ha restado votos tanto a PP como a PSOE, mientras que Podemos ha obtenido los suyos del PSOE y de las ultraizquierdas nacionalistas. Pero la forma como PP y PSOE se han enfrentado a estas dos nuevas formaciones ha sido radicalmente diferente. El PP de Rajoy es desde el principio un partido socialdemócrata moderado, y no ha dejado de serlo para enfrentarse a la nueva situación, ni ha radicalizado su discurso. Y aún así muchos de sus votantes, liberales o conservadores, les han seguido votando con la nariz tapada, para evitar males mayores.
Pero el PSOE de Zapatero y de Pedro Sánchez, por el contrario, sí ha modificado su discurso, abandonando el centro y las posiciones moderadas y mostrándose tan frentista, ‘guerracivilista’, republicano y pronacionalista como Podemos. Y a la vista están los resultados obtenidos por unos y otros. Los 85 diputados que tiene el PSOE son, de lejos, los peores resultados de su historia, al igual que le ocurre en numerosas comunidades y capitales importantes, donde, a toda velocidad, Podemos los está devorando, como ya anunció Pablo Iglesias que iba a hacer. Estando todo tan anunciado sorprende que el PSOE siga cometiendo ese mismo error ayuntamiento tras ayuntamiento, comunidad autónoma tras comunidad autónoma, elección tras elección; siguen dando alas a Podemos, siguen jugando a ser Podemos, siguen perdiendo contra ellos. La estrategia correcta es evidente: el PSOE debe situar a Podemos en la extrema izquierda separatista, que es su sitio natural -en el que no deben obtener más del 15% de los votos- y convertirse ellos en un centro-izquierda moderno, moderado, socialdemócrata y dialogante.
Sin embargo, las declaraciones de los líderes del PSOE demuestran que no es esto lo que van a hacer. No han echado a Pedro Sánchez por entregarse en brazos de Podemos, sino por perder elección tras elección. No proponen la abstención en la investidura de Rajoy para contribuir al bienestar de los españoles, sino para no enfrentarse a unas elecciones con un claro pronóstico desfavorable. Y nada más. Continuarán igual de podemizados, se negarán a cualquier diálogo con un PP al que ellos mismos han convertido en Satanás para sus propias bases, con su idea de que todo lo que no sea de izquierdas es herencia de los fascistas asesinos de la guerra civil y de los culpables de los asesinatos del 11M; por lo que hay que rechazar cualquier pacto con el PP. Y seguirán simpatizando con todos los secesionistas. Y jugando a ser Podemos, serán derrotados por Podemos, si no en seis meses en 12. Ojalá me equivoque… o quizás sea mejor que ocurra así.
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