Opinión

Paseo de la Castellana, 173: no se puede mirar para otro lado

OKDIARIO viene informando desde hace tiempo de la insostenible situación que padecen los vecinos de un inmueble del Paseo de la Castellana, de Madrid, como consecuencia de la actitud de un grupo de menores tutelados de origen marroquí que vive en un piso de lujo alquilado por la ONG Arquisocial, institución subvencionada por la Comunidad de Madrid. Y es que los jóvenes se dedican al trapicheo y, con frecuencia, arrastran los efectos del consumo de drogas, lo que, evidentemente, está causando un serio perjuicio a los vecinos del inmueble, hartos de tener que llamar, un día sí y otro también, a la Policía. Gritos, agresiones y botellones forman parte del paisaje diario de este edificio residencial en el que la vida se ha vuelto sencillamente insoportable.

Alguien tiene que tomar cartas en el asunto, porque lo que resulta absolutamente inaceptable es que las instituciones no hagan nada por resolver un grave problema de convivencia. Si la ONG que mantiene alquilado el piso no es capaz de garantizar el orden, la Comunidad de Madrid que subvenciona a esta organización está en la obligación de intervenir de inmediato. Mirar para otro lado no conduce a otra cosa que a cronificar una situación que se ha convertido en una auténtica tortura para los vecinos del inmueble. Porque no nos engañemos: lo que está pasando está causando un daño objetivo a una comunidad que no puede pagar los platos rotos. Alguien podrá argumentar que la solidaridad está por encima de todo y que tras el comportamiento de los menores tutelados hay una vida de desarraigo familiar que explica su conducta. Nada que objetar, salvo que las administraciones públicas no pueden descargar su responsabilidad sobre los vecinos del inmueble. Hay que intervenir de inmediato y poner fin a una situación que hace tiempo que pasó de castaño a oscuro. La tutela de los menores corresponde a las administraciones públicas y la ONG que los acoge no es ajena a lo que ocurre. Aquí los únicos que no tienen responsabilidad alguna son los sufridos vecinos.