Una moción de censura por imperativo moral para retratar a un sinvergüenza

Ya había motivos más que suficientes, por imperativo moral -expresión acuñada por el director de OKDIARIO, Eduardo Inda-, para presentar una moción de censura contra Pedro Sánchez, pero su chulesca reacción ante la corrupción que rodea al partido del Gobierno -todos los secretarios de Organización desde que llegó a la Moncloa están acusados de formar parte de una organización criminal- clama al cielo y obliga al PP a moverse por los cauces de la dignidad política y no de la mera aritmética.

Es cierto que una moción de censura de Feijóo contra el Gobierno está condenada a una previsible derrota parlamentaria, pero no lo es menos que hemos llegado a un punto donde el régimen corrupto liderado por el autócrata que mora en La Moncloa requiere de una respuesta que se salga del círculo de los habituales e inútiles reproches y críticas.

Una moción de censura en estos momentos es casi una obligación democrática, porque la decencia y la dignidad en política están por encima de cálculos parlamentarios. Y más aún, si quienes presumiblemente sumarían sus votos para salvar al autócrata son, en gran medida, formaciones en absoluto concernidas con el interés nacional o, por ser más precisos, que constituyen una amenaza para los intereses nacionales.

Que se vea quienes se erigen en guardianes del sanchismo no es una cuestión baladí. Es más, Feijóo debería dejar claro que la necesaria moción de censura no busca una imposible victoria aritmética en el Congreso, sino una victoria de los principios y valores democráticos.

De eso se trata: de retratar al sinvergüenza presidente del Gobierno que manda en un partido que se ha convertido en una ciénaga y, en el colmo de la osadía, se permite la licencia de arremeter vilmente contra quienes denuncian el peligro de que su continuidad termine por quebrar la democracia ahora amenazada. Ya sabemos que Sánchez carece de cualquier atisbo de dignidad política, pero, precisamente, por eso hay que retratar al autócrata que nos gobierna.