Opinión

La Ley Trans Trons Trens 

Como dijo Winston Churchill, “la democracia es el peor sistema de gobierno diseñado por el hombre, con excepción de todos los demás” y añadió un matiz afirmando que “la democracia es la necesidad de doblegarse de vez en cuando a las opiniones de los demás”. En España todos los días nos enfrentamos con esta cruda realidad con un Gobierno encabezado por un personaje sin escrúpulos, un psicópata con andares de bailarín de tango, que todo lo supedita a su necesidad patológica de aferrarse al poder, para lo cual no ha dudado en indultar a los golpistas catalanes exclusivamente porque necesita sus votos y sabiendo que sus propios votantes rechazan esa decisión, a continuación se ha puesto a utilizar todos los trampantojos que están en su mano para que se olvide pronto su traición.

La bajada del IVA de la luz y el adiós a la mascarilla han sido las cortinas de humo con las que nos ha distraído hasta hoy, pero no han sido suficientes, así que ha decidido sacar la artillería pesada, empezar a desenterrar muertos del Valle de los Caídos, que Franco siempre le funciona; y ceder a una de las demandas más radicales de los ultras de extrema izquierda que tiene por socios de gobierno, la Ley para la Igualdad Real y Efectiva de las Personas Trans y para la garantía de los derechos de las personas LGTBI, impulsada personalmente por la becaria que llegó a ministra sólo por ser madre de los hijos de Pablo Iglesias. Esta nueva normativa incluye barbaridades que la inmensa mayoría de españoles no comprenden ni les interesan y que en realidad sólo apoyan una pequeñísima parte de la minoría de votantes de la extrema izquierda más radical, pero genera un debate que a Sánchez le sirve para que no se hable de los indultos con los que ha vendido a España.

Estos son los fallos de la democracia de los que hablaba Churchill. Así es como las minorías independentistas vasca y catalana llevan décadas obteniendo prebendas del resto de España cada vez que un Gobierno débil necesita sus votos. Y así es como el lobby LGTBi sobre el que se apoya Irene Montero, va a conseguir que sus demandas se conviertan en leyes a pesar de que, en realidad, representan sólo la voluntad de una pequeñísima minoría de exaltados. Entre las barbaridades que se aprueban hoy para distraer nuestra atención de los indultos están temas tan comentados como que se permite el cambio de sexo desde los 14 años con un simple trámite administrativo, sin informes médicos, ni pruebas ni testigos y que a partir de los 16 años ni siquiera se requiere la presencia de ninguno de sus padres o representantes legales.

Pero no se habla tanto de que la nueva normativa ultra también implanta por ley el adoctrinamiento del pensamiento único LGTBi en todas las escuelas desde la más tierna infancia, puesto que incluye en el currículo educativo de todas las etapas la formación acerca de la diversidad sexual, familiar y de género. La extrema izquierda no admite discusión acerca de sus creencias morales, se muestra absolutamente intransigente con cualquier principio moral distinto a los suyos, considera que sus creencias y opiniones son verdades absolutas indiscutibles y las impone en forma de ley. Los que opinamos distinto no tenemos más remedio que doblegarnos, por ahora, ante esa opinión minoritaria que se nos impone oportunistamente, pero, como también dijo Winston Churchill, “la alternancia fecunda el suelo de la democracia”, así que, habrá que apretar los dientes y aguantar unos meses hasta que una nueva mayoría que esta vez sí represente los valores morales comunes de los españoles, derogue toda la basura normativa de Sánchez, sus delincuentes indultados, sus cómplices y sus secuaces.