Opinión
PRIMERA LÍNEA

Hila, el peor alcalde que ha conocido Palma

El socialista José Hila, el peor alcalde que ha conocido Palma en estos 44 años de democracia en las corporaciones locales, opta a ratificarse otros cuatro años más en el sillón de Alcaldía. Lo primero que sorprende es el hecho de que el PSIB-PSOE no le haya encontrado un relevo después de la nefasta gestión del Pacte en los asuntos capitalinos, volcado en exclusiva a difundir e imponer su credo ideológico y nada más que eso. Lo segundo en sorprendernos es que la cúpula del PSIB-PSOE le haya arropado a golpe de fanfarria, con la papisa progre Francina Armengol encabezando el cortejo.

José Hila ha sido alcalde de Palma seis de los últimos ocho años (los otros dos, Toni Noguera de Més); es decir, ha ejercido de cabeza visible, tiempo suficiente como para identificarle plenamente como el responsable máximo de convertir la capital balear en una de las más sucias e inseguras del país y, además, abriendo telediarios con el disparate de expulsar del callejero a los señalados como almirantes franquistas cuando en absoluto lo fueron y por ello, obligado a reponer sus lápidas. Palabra, que recuerdo su significado a los progres: «Piedra llana en que ordinariamente se pone una inscripción».

Es, igualmente, el alcalde que ha consentido los líos de los podemitas una y otra vez, con el consiguiente desprestigio para la ciudad, y las barbaridades de traca de la reina pánfila del modelo de ciudad, Neus Truyol, aprobando a medias un plan general de ordenación urbana que raya la ilegalidad. Eso de pánfila, se lo explicaré a los progres: que tarda en el obrar, y menos mal. Ahí está la fachada del Hotel Artmadams, que ella –a través de la Comisión del Centro Histórico- se ha empeñado en borrar por tierra, mar y aire. Basta con acercarse, para observar cómo a diario, multitud de viandantes se paran para fotografiarla como ocurre con otros edificios singulares (la fachada así lo atestigua) de cualquier ciudad europea relevante.

Palma se ha puesto de moda como destino friendly a pesar de los intentos desesperados de toda la progresía por criminalizar al turista, que no deja de ser persona que simplemente aprecia esta ciudad. Pero en lugar de buscar la manera de armonizar el ritmo local, con la parsimonia del visitante, deciden acudir al eslogan tourist go home! Imagino que los progres no viajan por el mundo. Pobrecitos ellos con sus limitaciones. En cualquier caso, José Hila quiere volver a ser alcalde y tiene un plan: nos promete «un proyecto transformador de Palma» si gana el 28M. Como tampoco quiere ser menos que su gran timonel Sánchez (el milagro de los panes y los pisos), promete edificar 10.000 viviendas de protección oficial cuando nada ha hecho estos últimos ocho años. Eso sí: Visca la Palma socialista!, que parece ser va a consolidarse como el eslogan de campaña. Una oda a la ideología queer.

Menos mal que los sondeos dan como bastante probable que el Pacte pierda las elecciones, porque el vecindario anda hasta los cataplines de esta tropa.

Enfrente tiene al candidato por el PP, Jaime Martínez, que desea convertir Palma «en la capital cultural del Mediterráneo» y apoyando este propósito, días atrás la candidata del PP al Govern, Marga Prohens, anunciaba que si gana las elecciones aprobará una Ley de Industrias Culturales al objeto de impulsar el sector, contemplando asimismo un IBI reducido para edificios destinados a la actividad cultural. Iba siendo hora en cualquier caso.

La mejor definición del socialista José Hila como alcalde de Palma acaba de acuñarla la número dos de la candidatura de Vox, la historiadora Gari Durán: «El alcalde José Hila no se ha ocupado de Palma, ha habido desidia y vagancia». Queridos progres, os lo explico. Desidia: «Negligencia, falta de cuidado». Y vagancia: «Pereza y falta de ganas de hacer algo». Blanco y en botella. Porque este es el único legado que nos dejan ocho años de Pacte de Progrés en Palma: mucha ideología y cero bienestar para la ciudadanía; una palabra, bienestar, que describe el conjunto de las cosas para vivir bien.

Sí, he mencionado a Vox. Porque resulta que su candidatura para Palma es la reunión de personas con la preparación que garantiza su solvencia. No lo que ocurre con las listas de la extrema izquierda, optando a repetir el chollo gratis total, mientras nos venden su medicina escrita en el catecismo woke. También es de subrayar la candidatura del PP, con Jaime Martínez al frente y bien dispuesto a convertir Palma en un referente mediterráneo.

La fanfarria del PSIB-PSOE lanza el grito, visca la Palma socialista! y sin garantías de mejoría. En cambio, el proyecto del centroderecha camina en la dirección correcta: gestionar los problemas de la ciudad, sin inyectarnos ideología en vena y por la cara. La papisa socialista que diga misa en calle Amor y acto seguido alguna que otra libación en el New Hat Bar. Mírala, jaleando al inepto de José Hila como la solución para Palma. Es que…