Aviso urgente de un mecánico por esto que hacemos todos con el aire acondicionado del coche

• Janire Manzanas
• Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.
• • 30/07/2025 10:00
  • Actualizado: 30/07/2025 10:00

En verano, subirse a un coche sin encender el aire acondicionado es casi un acto de valentía. Las temperaturas extremas hacen que este sistema se haya convertido en una necesidad. Desde trayectos cortos al trabajo hasta viajes largos, mantener el habitáculo fresco es clave para conducir cómodamente. Por eso, es comprensible que muchos conductores lo dejen encendido todo el tiempo, incluso al parar el vehículo. Sin embargo, este hábito tan común puede estar dañando poco a poco el corazón de tu coche sin que te des cuenta.

José Juan, mecánico con años de experiencia en Talleres Ebenezer, ha compartido una advertencia que suele pasar desapercibida entre los conductores: no conviene apagar el motor del coche mientras el aire acondicionado sigue en funcionamiento. Según explica, este gesto aparentemente inofensivo puede causar un desgaste prematuro en distintos componentes del sistema de climatización y afectar tanto al rendimiento como a la durabilidad del vehículo.

¡No hagas esto con el aire acondicionado del coche!

Es cierto que hoy no se concibe un vehículo sin aire acondicionado, pero pocos se detienen a pensar cómo funciona realmente este sistema o qué implicaciones tiene su uso continuo. El aire acondicionado de un coche no es un simple ventilador: es un circuito complejo que involucra un compresor, un condensador, un evaporador, sensores, gas refrigerante, y en muchos casos, componentes electrónicos avanzados.

Cuando enciendes el aire acondicionado, estás activando un sistema que extrae calor del interior del vehículo y lo expulsa hacia el exterior, consumiendo energía del motor (en vehículos de combustión) o directamente de la batería (en híbridos y eléctricos). Pero ese consumo energético no es lo único que importa.

Cuando apagas el motor sin antes desconectar el aire acondicionado, varios componentes del sistema se quedan funcionando en un estado «forzado». Al cortar la corriente de forma repentina, el compresor y la correa de arrastre pueden quedar en tensión o detenerse bruscamente. Esto genera una inercia que a la larga desgasta las piezas mecánicas, sobre todo si este hábito se repite día tras día.

Además, la electrónica del coche puede que no tenga tiempo suficiente para reajustar ciertos parámetros. En coches modernos, el sistema de climatización se integra con la centralita del motor, y si apagas el vehículo sin desactivar el aire, puede haber picos de voltaje o interrupciones bruscas en el flujo eléctrico. Todo esto repercute en la salud del sistema eléctrico y de los sensores.

Daños silenciosos que se acumulan

Uno de los problemas más comunes es el desgaste prematuro del compresor del aire acondicionado. Esta pieza no es precisamente barata de cambiar, y su deterioro suele empezar con ruidos suaves, una pérdida progresiva de eficacia o incluso fugas en el sistema. Todo esto se puede evitar con un simple gesto: apagar manualmente el aire unos segundos antes de detener el motor.

Otro componente afectado es la correa auxiliar, que además de accionar el compresor del aire también puede estar conectada a otras piezas importantes como el alternador o la bomba de dirección asistida. Si se somete a un esfuerzo constante y desigual por una mala gestión del sistema de climatización, su vida útil se reduce considerablemente.

Y no olvidemos el ventilador del condensador. Éste pequeño pero crucial ventilador ayuda a expulsar el calor generado por el sistema de aire acondicionado. Si se queda encendido de forma inesperada cuando el coche se detiene, puede generar un sobrecalentamiento local o incluso quemar fusibles o relés.

Consejos prácticos

No se trata de vivir con miedo ni de dejar de usar el aire acondicionado, que sigue siendo una herramienta fundamental para una conducción segura y cómoda. Pero sí conviene incorporar ciertos hábitos que marcan la diferencia:

• Apaga el aire manualmente unos segundos antes de apagar el coche. Esto permite que el sistema se estabilice y se desconecte de forma controlada.
• Enciéndelo también manualmente una vez que el coche ya esté en marcha. Evita que el arranque se vea forzado por una carga adicional.
• Pisa el embrague antes de detener completamente el motor. En coches manuales, esto reduce el arrastre del motor y protege la transmisión.
• Evita usar el aire al máximo todo el tiempo. Si el interior del coche está muy caliente, abre las ventanillas unos segundos antes de encender el aire para que el calor acumulado salga.
• Realiza mantenimientos periódicos del sistema de climatización. Cambiar el filtro del habitáculo, revisar el gas refrigerante y limpiar los conductos ayuda a que el sistema funcione de forma eficiente y sin sobresaltos.

El aire acondicionado es un aliado imprescindible para la conducción durante los meses de verano, pero su uso incorrecto puede convertirse en un enemigo silencioso. Apagarlo unos segundos antes de detener el coche puede parecer una exageración, pero es una de las mejores formas de proteger el sistema, alargar la vida útil de sus componentes y evitar visitas al taller.