Los madrileños dicen sí a este bar secreto de Arganzuela: tapas baratas y una gran terraza con ambientazo
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En una ciudad donde cada vez es más difícil salir a comer sin que el bolsillo tiemble, aún existen lugares que resisten y que además, mantienen su encanto y autenticidad. Uno de esos lugares está en el distrito de Arganzuela, concretamente en el número 53 del Paseo de Santa María de la Cabeza. Allí se esconde Bar La Amistad, un local con tapas baratas y una gran terraza con ambientazo
Un bar de Madrid en el que no hay reservas ni códigos QR, tampoco menús elaborados ni decoración minimalista: aquí se viene a lo de siempre, a lo que funciona. Y el público lo sabe. Cada tarde, su terraza se llena de grupos que comparten risas, platos y precios que parecían obsoletos pero que se mantienen. Un bar de barrio donde todo el mundo se siente bienvenido. Lo regentan ciudadanos chinos, y en su cocina conviven platos castizos con sabores asiáticos, todos servidos con rapidez y simpatía Y si a eso le sumamos una terraza con ambiente imbatible, no sorprende que cada vez más madrileños digan “sí” a este rincón secreto.
Los madrileños dicen sí a este bar con tapas baratas y una gran terraza
Uno de los mayores atractivos del Bar La Amistad es la variedad de tapas que ofrece. Pero no hablamos de esas tapas que te sirven sin saber de qué se trata o que son mínimas porciones de algo indescifrable. Aquí, el cliente elige lo que quiere desde una vitrina situada sobre la barra, y lo que ve es lo que se lleva: tortilla de patatas jugosa, alitas de pollo doradas, croquetas de jamón cremosas, albóndigas caseras, oreja guisada, tallarines, arroz tres delicias o gulas con ajito. Una mezcla entre bar tradicional español y sabores asiáticos que resulta tan natural como sabrosa.
La calidad sorprende, y no por ser de alta cocina, sino porque todo está bien hecho, sin artificios. La tortilla, por ejemplo, ha sido destacada incluso por cronistas gastronómicos como Sergio C. Fanjul, quien según apunta Madrid Secreto, la calificó como una de las mejores de Madrid. En su columna China salva al bar español, publicada en El País, destacaba precisamente cómo locales como este han sabido mantener vivo el espíritu del bar clásico que tanto echamos de menos. La clave, probablemente, esté en no intentar ser otra cosa. Y eso se agradece.