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El jardín escondido más bonito de Madrid que sólo los madrileños conocen: sirven los mejores brunch de la capital

En El Jardín Secreto puedes disfrutar de un entorno de ensueño y a la vez tomar uno de los mejores brunch de la capital

Los mejores brunch de Madrid que hemos probado este 2025

Direcciones para disfrutar de un delicioso 'brunch' en Madrid

En pleno corazón de Madrid existe un rincón que parece ajeno al ruido, al estrés y a las prisas. No está en un parque ni a las afueras, sino sorprendentemente oculto entre los muros de una tienda. Se trata de El Jardín Secreto de Salvador Bachiller, un oasis escondido que se ha convertido en uno de los secretos mejor guardados por los madrileños. Para quienes lo conocen, es más que un sitio bonito: es una pequeña burbuja de calma, aromas florales y brunch inolvidables. Descubre ahora este jardín escondido de Madrid en el que tomar además el mejor brunch de la capital.

El acceso a este lugar tan especial no tiene cartel luminoso ni anuncios llamativos. Hay que subir hasta la cuarta planta del número 37 de la calle Montera, una dirección que muchos asocian únicamente a tiendas y tránsito constante. Pero al traspasar las puertas de Salvador Bachiller y tomar el ascensor, uno se adentra en un universo inesperado. Como si estuvieras dentro de Alicia en el País de las Maravillas,  el visitante se encuentra rodeado de vegetación, muebles antiguos y una atmósfera encantadora que invita a disfrutar como nunca, del presente. Lo que hace tan especial a este jardín escondido no es solo su estética, sino la experiencia completa que ofrece.  Desde la decoración hasta la carta, todo está pensado para disfrutar con los cinco sentidos. Un refugio gastronómico en altura que combina lo mejor de un brunch cuidado, un entorno íntimo y una magia que solo se entiende cuando se visita en persona.

El jardín de cuento en el centro de Madrid

La magia de El Jardín Secreto comienza con su ambientación. Rodeado de plantas naturales, árboles jóvenes, hortensias y enredaderas, el lugar parece ser una mezcla entre el romanticismo y lo bohemio. Las sillas de hierro forjado, las mesas de madera envejecida y un columpio colgado en una de las esquinas invitan a dejarse llevar.

Pese a estar en una de las calles más transitadas de la capital, el jardín transmite una calma inusual. Aquí el tiempo parece ralentizarse. Es el sitio ideal para una primera cita, una merienda entre amigas o un desayuno tardío en solitario.

Una carta internacional que sorprende

Pero en este jardín no sólo se viene a contemplar la belleza: se viene a comer bien. La propuesta gastronómica está pensada para todos los gustos, con una carta internacional que combina lo tradicional con lo moderno. Desde tablas de quesos y jamón ibérico para los que disfrutan del picoteo clásico, hasta tacos, tempura de langostinos, ensaladas frescas o hamburguesas gourmet. Todo elaborado con ingredientes de calidad y presentado con gusto, sin estridencias pero con ese punto justo que invita a sacar el móvil y compartirlo.

Y si hablamos de lo dulce, los postres son una auténtica tentación. La tarta de queso con frambuesas, la tarta Sacher o los coulant de chocolate son algunos de los favoritos. Además, el local ofrece cócteles y bebidas naturales que van desde zumos frescos hasta tés fríos y combinados clásicos, todos servidos en vajilla bonita, en sintonía con el entorno.