Dos años del escándalo que paralizó España: las 72 horas más frenéticas de Iñaki Urdangarin

Cuando la fría mañana del 19 de enero de 2022 vieron la luz las imágenes de Iñaki Urdangarin paseando por Bidart junto a otra mujer, el país entero se quedó con cara de póker. Especialmente, una mujer, de nombre Cristina y apellido Borbón. El reportaje fotográfico publicado, tomado por un aficionado a la fotografía deportiva de origen francés y publicado por Lecturas, hizo que algo se terminara de romper por y para siempre en el seno de la familia real.

La escenificación de la caída en desgracia de su matrimonio con la infanta fue tan solo el preámbulo del nacimiento de otra historia de amor, la del ex yerno de Juan Carlos I con Ainhoa Armentia. Ahora, dos años después, todavía hay fichas por mover en el tablero, pero nadie olvida cómo fueron las horas más complejas para Urdangarin.

Aquella mañana de miércoles todas las miradas convergían en torno a la figura de Iñaki y apuntaban a una ciudad: Vitoria. La capital vasca era el escenario clave de la crónica social. Decenas de medios de comunicación viajaron hasta allí en busca de la primera reacción por parte de la familia. Ese día, el ex jugador de balonmano no acudió a trabajar, prefirió permanecer absolutamente bunkerizado en su domicilio. Sabía que lo estaban esperando y necesitaba reflexionar para trazar sus siguientes movimientos.

Quien sí dio la cara fue Pablo Urdangarin, que se convertía en protagonista inesperado de esta historia a la que no le faltaba ningún ingrediente para enganchar al público. El hijo de Urdangarin y Cristina sorprendió a propios y extraños al valorar con una naturalidad pasmosa las fotos de su padre con otra mujer: «Son cosas que pasan. Nos vamos a querer igual y es algo que hablaremos en casa».

Para ver la reaparición de Iñaki Urdangarin hubo que esperar 24 horas. El jueves 20 de enero, el actor principal del primer bombazo informativo del año, llegó pronto -a las 08:30 AM- al despacho de abogados donde trabajaba junto a Ainhoa Armentia. Allí pronunció sus primeras palabras, que fueron en la línea de las de su hijo Pablo: «Son cosas que pasan. Vamos a gestionarlo de la mejor manera posible. Es una dificultad que gestionaremos con la máxima tranquilidad y punto, como siempre hemos hecho». En la oficina de Imaz & Asociados se reencontró con su nueva novia, dejando bien claro que su historia iba muy en serio.

El punto fue y seguido, porque aún quedaban muchas aristas por pulir. No pronunció la palabra divorcio pero dejó entreverlo. Un divorcio que de facto aun no ha llegado pese a que hace meses que está todo acordado, dicho sea de paso.

El viaje secreto de Iñaki Urdangarin

Dos días después de salir a la luz las comprometidas imágenes, Iñaki Urdangarin cogió su coche y recorrió los 1.038 kilómetros que separan Vitoria-Gasteiz de Ginebra. 11 horas en carretera con el firme propósito de desbloquear la situación. Allí se produjo una reunión en secreto con la infanta Cristina.

Iñaki llegó el viernes 21 de enero a Suiza, donde permaneció todo el fin de semana. El sábado fue el día clave. Lo pasó encerrado en la casa familiar que tantos recuerdos le trajo en el pasado, pero él ya tenía en la cabeza a otra persona y tenía claras sus prioridades. Allí se encuentran también dos de sus hijos, Miguel e Irene Urdangarin.

El domingo 23 de enero hizo el camino a la inversa y volvió a Vitoria, no sin antes dejar a su hijo Miguel en el aeropuerto de Ginebra. Padre e hijo se fundieron en un abrazo que escenificó el apoyo del joven hacia su progenitor pese la ruptura en la familia.

El comienzo de una nueva semana trajo un nuevo paso en la historia. Iñaki Urdangarin y la hija de los reyes eméritos lanzan un comunicado oficial el 24 de enero anunciando el final de su amor: «De común acuerdo, hemos decidido interrumpir nuestra relación matrimonial. El compromiso con nuestros hijos permanece intacto. Dado que es una decisión de ámbito privado, pedimos el máximo respeto a todos los que nos rodean. Cristina de Borbón e Iñaki Urdangarin». Iñaki continúa con su vida normal en Vitoria y Cristina de Borbón viaja a Abu Dabi para buscar calor y refugio en los brazos de su padre Juan Carlos I.

Ese fue el broche a algo más de 72 horas absolutamente frenéticas y donde Iñaki Urdangarin tuvo muchos frentes abiertos. Su hoja de ruta fue inequívoca y la decisión de apostar por Ainhoa Armentia estaba tomada. El tiempo le da la razón hasta la fecha. Dos años después, su relación sentimental es sólida y continúan dando pasos adelante juntos. Quizá el más delicado sea integrarse en sus respectivas familias. Dos años, 730 días, quién lo diría. Volat aetas, el tiempo vuela.