¿Qué significan los colores de los aros de los Juegos Olímpicos?

Los Juegos Olímpicos de Tokio están a la vuelta de la esquina. Son muchos los deportistas que llevan más de cuatro años esperando este momento, esforzándose para estar en la cita olímpica, y traer un buen resultado tras las pruebas deportivas después del enorme esfuerzo para clasificarse que la mayoría de ellos tienen que hacer.

Las Olimpiadas son sinónimo de trabajo, esfuerzo, lucha y pasión por el deporte. Además, los Juegos Olímpicos suponen un encuentro mundial deportivo que une a todas los pueblos del planeta. Con ese propósito se crearon los anillos o aros olímpicos, que no han estado siempre como símbolo de la competición.

Una idea del siglo XX

Los Juegos Olímpicos modernos comenzaron a desarrollarse en el año 1896, pero no fue hasta el año 1913 cuando los anillos se incluyeron como parte de la imagen de la competición.

Fue el gran artífice e inspirador de la competición que hoy en día conocemos, el barón francés Pierre Fredy de Coubertín. Este hombre fue el verdadero responsable de que los Juegos Olímpicos modernos se desarrollasen por primera vez, gracias a sus viajes por el mundo hablando sobre paz, entendimiento entre hombres y unión, todo mezclado con deporte.

La idea original de aunar todo esto en una imagen también fue del barón. Cinco continentes (Europa, Asia, África, América y Oceanía) unidos por los aros con seis colores: amarillo, azul, negro, verde, rojo y blanco de fondo. Estos colores, además, representaban a todos los países que participaban por aquella época en la competición deportiva: Suecia (azul y amarillo), Grecia (azul y blanco) y Francia (azul, blanco y rojo).

Después fueron añadiéndose nuevos participantes como Reino Unido, Estados Unidos, Alemania, Bélgica, Italia, España, Japón o China entre otros.

Un logo sencillo, pero eficaz, preciso y simple que condensa toda la idea de lo que son las Olimpiadas desde su nacimiento: la unión de los pueblos a través del deporte.

La introducción de los aros en los Juegos Olímpicos llegó en Amberes 1920, ya que la Primera Guerra Mundial había estallado y no se celebraron los Juegos Olímpicos de Berlín en 1916.

Fue en 2010 cuando el Comité Olímpico Internacional ratificó, después de muchos años de polémica, el significado universal de los aros olímpicos. En esta ratificación se expuso que el simbolismo de los anillos venía referido a la universalidad y la representatividad de los cinco continentes del planeta y sus pueblos.

Desde entonces, los aros olímpicos son la imagen oficial de la competición que podemos encontrar en las medallas, pósters, emblemas, y en el escudo de la ciudad de Lausana (Suiza), declarada como la capital olímpica desde 1993.