¿Qué dice la historia del juicio rápido a Jesucristo?

• Francisco María
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• • 15/03/2025 11:30
  • Actualizado: 15/03/2025 11:30

El juicio a Jesucristo fue el acontecimiento más importante de la historia de Occidente. Después de haber sido aclamado como por la multitud como el salvador del pueblo de Dios en su llegada a Jerusalén, Jesús fue condenado, torturado y crucificado. Antes de su condena, fue sometido a dos procesos: uno judío, liderado por sacerdotes y maestros de la ley, y el otro romano, presidido por el gobernador de Judea, Poncio Pilato.

Desde el Domingo de Ramos, día en que Jesús había entrado a Jerusalén, hasta el Viernes Santo transcurrieron seis días, que son los de la Pasión de Cristo. Estos hechos fueron difundidos por sus discípulos Marcos, Mateo, Lucas y Juan, pero fue gracias a un prolífico escritor de la época, Paulo de Tarsus (c. 5-67) que quedó plasmado por escrito lo sucedido en el juicio de Jesús.

¿Cómo fue el juicio rápido a Jesucristo desde el punto de vista histórico?

Según los relatos bíblicos, Jesús fue trasladado de un lugar a otro durante las horas de juicio, con ciertas vacilaciones por parte de las autoridades. Sin embargo, para el investigador André Leonardo Chevitarese desde el punto de vista histórico no pudo ser así porque Jesús fue asesinado en la víspera de la Pascua judía, según los relatos bíblicos.

En aquella época, la Pascua era una fiesta política porque celebraba el paso de la esclavitud a la libertad, es decir, la salida del pueblo hebreo de Egipto a la “tierra donde fluye la leche y la miel”. Por tanto, según explica Chevitarese, el hecho de que las autoridades romanas obligaran a un judío a cargar una cruz alrededor de la ciudad, en medio de tantos judíos, sería un llamado a la rebelión.

Al tratarse de una persona tan influyente como Jesús, no podían perder tiempo. Lo más probable es que fuera capturado y crucificado inmediatamente, señala Chevitarese.

El juicio rápido a Jesucristo pudo ocurrir en otro momento

Existe una teoría respecto al tiempo en que se produjeron los hechos, entre la detención de Jesús y su crucifixión. La misma apunta que estos ocurrieron en un lapso de tiempo más dilatado, de varios meses, y no en una semana. Según los historiadores, es probable que Paulo de Tarsus (c. 5-67) concentró en una semana todos los acontecimientos en torno al juicio a Jesucristo, la cual coincidiría con la Pascua judía.

Esta primera historia de la Pasión de Jesús fue, con toda probabilidad, la base del relato que compuso Marcos y que aparece en el primer Evangelio. Hay indicios de que parte del relato de Marcos pudo ocurrir de una manera diversa y en un periodo de tiempo distinto.

El primer indicio de esta diferencia fue el día de la entrada de Jesús a Jerusalén que, según Juan, las personas a su alrededor llevaban palmas. Este hecho indicaría que el Domingo de Ramos fue en septiembre, durante la fiesta de los Tabernáculos, pues sólo durante dicha celebración eran típicas esas ramas.

Otro indicio acerca del tiempo real en el que se sucedieron los hechos, se encuentra en el Evangelio de Juan (11, 47-50), cuando sitúa la reunión del Sanedrín (en la que se condena a muerte a Jesús) unas cuantas semanas antes de la Pasión.

El Juicio ante Pilato

Poncio Pilato, quien ha sido descrito como un hombre pragmático y político, inicialmente muestra vacilación ante la culpabilidad de Jesús. Se da cuenta de que las acusaciones son producto de la envidia de los líderes religiosos y no de un verdadero delito. Sin embargo, presionado por la multitud que clamaba por su crucifixión, Pilato finalmente cede. La famosa frase «¿Qué es la verdad?» resuena en el juicio, simbolizando la lucha entre la justicia y la presión social.

En este contexto, se presenta la tradición de liberar a un prisionero durante la Pascua. La multitud elige a Barrabás, un criminal, en lugar de a Jesús, lo que añade un elemento de ironía y tragedia a la narrativa.

La Crucifixión: Un Final Trágico

El juicio culmina cuando Pilato entrega a Jesús a ser crucificado. Este evento, que marca el final de su vida terrenal, es central en la fe cristiana. La crucifixión de Jesús no solo es vista como un acto de condena, sino también como un sacrificio redentor por los pecados de la humanidad, un tema que ha resonado a través de los siglos en la teología cristiana.

Sin testigos, ni documentos…

A las contradicciones con respecto al tiempo transcurrido entre los hechos y su narración en los evangelios, se le añade la falta de testigos visuales en acontecimientos como el interrogatorio a puerta cerrada de los sumos sacerdotes a Jesús durante el “proceso judío”. Lo mismo sucedió en el diálogo de Jesús con Poncio Pilato durante el “proceso romano”, por tanto, el relato seguramente se basó en conjeturas o en testigos indirectos.

Tampoco existen actas que respalden esos procesos. Según los expertos, lo más seguro es que en el “proceso romano” se pudiera enviar un acta sobre la condena al emperador Tiberio, documento que se perdió irremisiblemente.

Por otra parte, hay detalles importantes del juicio y la Pasión de Cristo que no corresponden con el derecho romano, ni con las prescripciones jurídicas de la época. Una de ellas es el hecho de que la misma ocurriera el mismo día en que comenzaba la Pascua (según Marcos, Mateo y Lucas) o en la víspera de ella (Juan), lo que estaba prohibido de forma explícita.

Otro detalle contradictorio es que los juicios con pena capital no podían tener lugar de noche, tampoco se podía ejecutar la condena de muerte durante el mismo día del juicio, como ocurrió con Jesús, ya que estaba rigurosamente prohibido.

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