Morata confía en el ‘exilio’ para recuperarse

• Miguel Serrano @latigoserrano
• Me confundieron con un joven prodigio pero acabé de periodista. Escribo cosas de deportes y del Real Madrid en OKDIARIO, igual que antes las escribía en Marca. También a veces hablo por la radio y casi siempre sin decir palabrotas. Soy bastante tocapelotas. Perdonen las molestias.
• • 26/06/2021 20:45
  • Actualizado: 26/06/2021 20:45

A veces en la vida hay que poner distancia. Alejarse de los problemas suele aportar la perspectiva necesaria para resolverlos. Un exilio impuesto de España, como el que va a vivir Morata desde el partido de octavos en Copenhague hasta esperemos que la final de Londres, puede ser la mejor medicina para que el delantero español se recupere, y no sólo de cara al gol, después de haber vivido dos semanas muy complicadas con críticas, memes y amenazas contra él y contra sus familia.

De cómo le vaya a Morata depende en parte el futuro de España. Le pese a quien le pese, Morata es el 9 de España para Luis Enrique, cuya opinión es la única que cuenta. Da igual si a usted, querido lector, le gusta más Gerard Moreno, Oyarzabal o Ferran Torres de falso nueve o si se hubiera llevado a Iago Aspas. El que manda es Luis Enrique y lo dejó muy claro a las primeras de cambio: «Morata y diez más». Y punto.

No están siendo días fáciles para Morata. Al contrario. Todo empezó con los silbidos del Metropolitano, su antigua casa y la del club al que aún pertenece, el Atlético de Madrid. También hubo cachondeíto en los cánticos de «¡Morata, qué malo eres!» en el amistoso ante Portugal en el que, de justicia es decirlo, había más madridistas que otra cosa en el Wanda. Aquella noche Morata perdonó tres goles cantados.

Del Metropolitano a La Cartuja

En La Cartuja las cosas no le fueron mejor en el debut ante Suecia. De nuevo la puntería y de nuevo los pitos. Sus compañeros y el seleccionador salieron en su defensa. Su entorno deslizó que Morata estaba dolido por no haber podido marcar, pero que era impermeable a las críticas. Que se sentía fuerte. Luego se vio era mentira, tal como admitió el propio futbolista.

Frente a Polonia Morata marcó, pero también desperdició alguna ocasión y el público pagó su frustración con él cuando la pifia del empate fue coral, no culpa suya.

Ahora llega una nueva etapa en la Eurocopa. Morata se exilia de España y el delantero confía en recuperarse primero en lo anímico y después en lo goleador. Luis Enrique seguirá confiando en él y quién sabe si el delantero volverá a España como profeta, a hombros y con la Eurocopa bajo el brazo. Ojalá.