Rivera da su apoyo al Gobierno e Iglesias le propone un referéndum vinculante para Cataluña

Los líderes de Ciudadanos y Podemos, Albert Rivera y Pablo Iglesias, acudieron este viernes ante la llamada del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, a La Moncloa para acordar que se haga cumplir la Ley en Cataluña.

Para Rivera no es la primera que acudía a La Moncloa, estuvo en junio tratando el mismo tema, Iglesias era primerizo pero los dos aseguraron sentirse cómodos. Sin embargo, el fondo y las formas no fueron los mismos. Albert Rivera, con traje, corbata gris y zapato negro, mostró su apoyo a Mariano Rajoy y aseguró «que la democracia no es negociable». Pablo Iglesias, con pantalón vaquero, camisa azul y zapatillas de deporte (sin corbata), admitió que «no estamos de acuerdo en casi nada».

Rivera le ha ofrecido a Rajoy que cuente con los 25 diputados de su partido en el Parlament catalán para cualquier acción coordinada que diseñe el Gobierno contra el reto secesionista. Iglesias, por su parte, dijo que la resolución al conflicto catalán pasa indefectiblemente por la celebración de un referéndum en Cataluña.

El líder de Ciudadanos guardaba en la récamara un ‘Pacto por España’ que defiende que la soberanía reside en el conjunto del pueblo español y establece el compromiso de que los partidos no lleguen a acuerdos de Gobierno con fuerzas rupturistas.

«Soy partidario de actuar con inteligencia, cintura, eficacia y no generando males peores de los que ya tenemos encima de la mesa», ha dicho Rivera acatando la norma de Rajoy de ‘no hacer sangre’ con Cataluña durante la campaña de las Generales. «Hemos venido a escuchar las propuestas, las ideas del Gobierno y Mariano Rajoy respecto a cómo actuar respecto al desafío soberanista en Cataluña y le hemos trasladado el firme apoyo de Ciudadanos. Nos parece importante que en un momento complicado, difícil, los cargos públicos, nuestros militantes y votantes manifestamos apoyo al Gobierno. La democracia no es negociable», señaló Rivera.

Mientras, el líder de Podemos ofreció al presidente un pacto constitucional basado en cinco propuestas, que incluyen la reforma de la ley electoral, la reforma de la justicia para asegurar su independencia, la garantía de los derechos sociales, la lucha contra la corrupción y el derecho a decidir. Propuestas que Podemos sometería a referéndum en toda España en caso de gobernar, incluyendo el derecho a decidir, al mismo tiempo que los catalanes podrían votar su encaje territorial. 

«Cataluña tiene derecho a expresarse votando y habrá que buscar un encaje. Cataluña tiene derecho a decidir su futuro», advirtió Iglesias para reiterar que «en democracia lo que tiene sentido es reunirse con quien no estás de acuerdo», aseguró el líder de Podemos.

Iglesias acusó a Rajoy y al PP de querer formar «una nueva gran coalición» con el apoyo del PSOE y de Ciudadanos. Aseguró que los tres partidos se han «atrincherado» frente al independentismo, en lugar de «solucionar los problemas». «Frente al búnker, vamos a ofrecer responsabilidad de Estado. Estamos a tiempo de tender puentes», zanjó.

La respuesta del Ejecutivo también ha sido distinta en ambos casos. Rajoy espera fraguar un consenso básico sobre una serie de principios generales con Ciudadanos antes de llevar cualquier tipo de acción coordinada o declaración al Congreso. Ambos coinciden en que la respuesta al desafío soberanista debe ser un «asunto de Estado». Tanto Rivera como la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría coincidieron que las discrepancias son solo de matices, y más en asuntos jurídicos que políticos.

Por su parte, el presidente del Gobierno no ha tenido ninguna palabra hacia Podemos en la rueda de prensa posterior. Simplemente, «la mayoría, no todos, buscamos una solución conjunta», ha destacado. 

Rajoy ha asegurado sentirse respaldado por los dirigentes de otros partidos para liderar la respuesta al independentismo sin necesidad de firmar pacto alguno, aunque ha pedido que no se entre en «debates estériles» sobre el momento de recurrir en los tribunales el desafío soberanista.

El jefe del Ejecutivo ha explicado que salió «muy contento» de la reunión que mantuvo con Sánchez y que la de hoy con Rivera ha ido «muy bien», continuará la próxima semana su ronda de contactos y ya tiene cerrados encuentros con Alberto Garzón (IU), Andrés Herzog (UPyD) y Josep Antoni Duran i Lleida (UDC).

Asegura que está dispuesto a reunirse con todas los partidos que quieran hablar con él -Moncloa prevé también un encuentro con el PNV- aunque no ve sentido entrevistarse con Convergencia Democrática de Catalunya -firmante de la propuesta de resolución independentista- si no es para pedirle que la retire.

En lo único que han estado de acuerdo los tres líderes ha sido en el rechazo a la resolución de independencia presentada en el Parlament. La respuesta de Iglesias también ha sido contundente ante la sorpresa del auditorio. Para el líder de Podemos fue una «teatralización» el grito de «viva la república catalana» de la presidenta del organismo, Carme Forcadell. «Puede hacerse un selfie y proclamar 5 repúblicas catalanas, pero eso no sirve», destacó. El secretario general de Podemos aseguró tajante que no reconoce legitimidad a un parlamento autonómico para declarar la independencia: «No estamos de acuerdo con que ningún parlamento autonómico declare independencias», dijo. 

Quizá para pasar el ‘mal trago’ de la reunión con Iglesias, Rajoy se reunió en último lugar con la secretaria general de su partido, María Dolores de Cospedal. La popular no quiso hacer rueda de prensa posterior al salir el propio presidente a relatar qué tal habían ido las reuniones.

Entre los detalles curiosos de ambas reuniones (las mantenidas con Rivera e Iglesias) destacan los dos volúmenes que le ha regalado del Juan de Mairena de Antonio Machado que Iglesias le ha regalado a Rajoy. El candidato de Podemos ha explicado que el poeta español «siempre decía que hay que escuchar para dialogar y que la regeneración es absolutamente imprescindible». «Machado representaba una España que quiere mirar al futuro y la contrastaba con la que miraba al pasado. Si Rajoy la volviera a leer entendería el momento histórico que estamos viviendo», dijo.