Sánchez ofrecerá a ERC un nuevo Estatuto de autonomía con un ‘cupo’ a la catalana

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(Vídeo: OKDIARIO)
Carlos Cuesta

Pedro Sánchez trabaja ya en la nueva estructura de alianzas para sacar adelante su investidura. La abstención de ERC juega un papel predominante en ese esquema y las cesiones ante los separatistas ya han empezado a diseñarse. El soporte legal que se ofrecerá a los independentistas del golpista Oriol Junqueras será un nuevo Estatuto catalán. Y dentro de ese texto se regulará un ‘cupo vasco’ a la catalana para reducir la aportación de esta comunidad al sistema de solidaridad creado para destinar recursos económicos a las autonomías más necesitadas.

Las cesiones que planteará Sánchez a ERC buscan, en última instancia, demostrar que los premios los obtiene la formación independentista desde el Congreso y gracias a dialogar con la Administración Sánchez. También pretende incidir en dejar el mensaje de que no logra el premio el que no puede hacerlo porque no es decisivo en el Hemiciclo nacional o directamente porque no está: PDeCAT con su líder fugado Carles Puigdemont.

Los socialistas de Sánchez -con la asesoría directa de Miquel Iceta- tienen ya un plan de negociación con ERC. Y ese plan incluye desde un sistema de financiación que incremente los fondos para Cataluña hasta un cambio de las reglas del juego en la ley electoral catalana para acabar con el poder del PDeCAT.

Un ‘cupo’ a la catalana

El plato fuerte de la oferta a ERC pasa por entregar las competencias que el Tribunal Constitucional declaró ilegales con motivo del Estatuto de autonomía en época de José Luis Rodríguez Zapatero. Y dentro de este paquete se incluye un pacto fiscal, similar al vasco, con el que dejarían de aportar a los sistemas de solidaridad interterritoriales buena parte del dinero que ahora envían.

Ese acuerdo, sin embargo, necesitaría en puridad de una transformación constitucional difícil de conseguir. Y aunque también se ofrecerá esa reforma de la Carta Magna, ambas partes saben que con las mayorías actuales es un reto prácticamente imposible. Por ello, el plan pasa por reformar el modelo de financiación autonómica con un factor de reducción de la aportación solidaria que ahora realizan las comunidades más ricas y estirar al máximo las competencias regionales en materia fiscal dentro de ese nuevo Estatuto de autonomía generando, de ese modo, más poder para gestionar e inspeccionar los impuestos en territorio catalán. En resumen; un cupo camuflado que les permita esconder recursos y aportar menos al resto de territorios.

Una de las vías para conseguir este punto es lo que se denomina como principio de ordinalidad. Un factor que ya estudian los técnicos del Gobierno y que consiste en que las autonomías que aportan al sistema de solidaridad tengan un tope en su aportación: un freno que se activaría justo antes de perder el puesto que ostenta cada región en el ranking de nivel de ingresos antes de aportar al resto.

El PSOE quiere, además, incluir otro punto decisivo para quitar fuerza al PDeCAT en la Generalitat: una reforma de la ley electoral regional con el fin de “mejorar la proporcionalidad del modelo actual, que sea fiel al principio de una persona, un voto y garantice un adecuado equilibrio territorial”. Traducido, una reforma para elevar el peso del PSC. Y el PSC quiere tender la mano como aliado estable a ERC. No a PDeCAT.

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