Jesús Domínguez: «Rubalcaba y Ana Pastor pactaron no investigar el accidente del Alvia en Santiago»
9 años después, PSOE y PP se niegan a la investigación independiente que Europa exigió a España
"José Blanco forzó la inauguración en 2011 de un tren que no era seguro porque dejaba de ser ministro y aspiraba a la Xunta"
Ana Pastor heredó de Blanco parones, retrasos y quejas de viajeros y prensa: "Desactivaron el ERTMS por razones comerciales"
"Rafael Catalá, al dejar la política, fichó por el bufete de abogados que defiende a Renfe, Adif y sus aseguradoras en el juicio"
Los principales implicados en el accidente del Alvia han sido premiados con nuevos cargos
24 de julio de 2013. El Alvia 04155 Madrid-Santiago descarrila a la entrada de la capital compostelana, que se dispone a celebrar, al día siguiente, la fiesta grande del patrón de España y de Galicia. El tren va lleno. 81 muertos y 145 heridos.
Han pasado 9 años. Las víctimas del Alvia se sienten olvidadas. «Muchos han muerto ya sin que se haga justicia de verdad», nos dice Jesús Domínguez, presidente de la plataforma de afectados, que habla en Hoy Responde, de OKDIARIO. La lista de decepciones políticas va del PSOE al PP, pasando por Podemos, Pablo Iglesias y Yolanda Díaz, «que se hacían fotos cuando estaban en la oposición a Rajoy y ahora lo ignoran estando el Gobierno».
En octubre, se celebrará el juicio «tras numerosas -dice- obstrucciones políticas, dilaciones, cambios deliberados de juez, inacciones del fiscal…». Sólo se sentarán en el banquillo el maquinista, Francisco José Garzón, y el ex director de seguridad de ADIF, Andrés Cortabitarte. Jesús Domínguez y las víctimas del Alvia tienen claro que en ese banquillo faltarán acusados. «Más allá de las responsabilidades penales, nadie ha asumido responsabilidades políticas por un accidente con 81 muertos».
La Unión Europea abrió un procedimiento de infracción a España, constató las trabas oficiales para aclarar lo sucedido de verdad y pidió a España que se realizara una investigación independiente, que tanto los gobiernos de Mariano Rajoy como de Pedro Sánchez se han negado a realizar.
«Tras el accidente, Rubalcaba y Ana Pastor pactaron echar tierra al
asunto y cargar la culpa sobre el maquinista para eludir las
responsabilidades políticas de sus gobiernos», denuncia Jesús Domínguez. «Un periodista gallego le llamó el pacto de la curva», por la curva de A Grandeira, en Angrois, donde el tren descarriló.
El accidente
24 de julio de 2013. El maquinista del tren, malherido, llama desde la cabina a Atocha, en Madrid, para comunicar el accidente. Reconoce que se ha despistado en el túnel que precedía a la curva y que al salir del túnel iba a 179 km/h. El peritaje final determinó que el tren entró en la curva a más de 150 km/h. El maquinista entró al túnel a la velocidad que marcaba el libro de ruta, 199 km/h, pero debía de haber reducido la velocidad a 80 km/h. Recibió una llamada del interventor, que tenía la obligación de contestar, y se despistó fatalmente.
Aquel misil a 200 km/h y lleno de personas dependía, únicamente, de que el maquinista no se despistara para no descarrilar. Ningún sistema automático de alerta o frenado estaba activado. ¿Cómo fue posible llegar a semejante barbaridad? Esto es lo que las víctimas llevan nueve años reclamando que se investigue.
«En los meses previos al accidente, después de la inauguración, hubo avisos y denuncias internas sobre el riesgo de seguridad a 10 altos cargos de Adif y Renfe», cuenta Jesús Domínguez. El propio maquinista, al comunicar a Atocha el accidente, dice lamentándose y maldiciendo desde la cabina, roto por el dolor: «¡Se lo dijimos al de Seguridad! Que esto era un peligro. Que no podía ser. Somos humanos. ¡Ay Dios mío! ¡Pobres viajeros!», se escucha en la grabación que fue troceada al filtrarla a los medios de comunicación. Sólo salía la parte en la que el maquinista reconocía que se había despistado e iba a velocidad excesiva. «A la opinión pública se le contaminó deliberadamente -dice Jesús- al filtrar el audio del maquinista manipulado».
¿Fue sólo el maquinista, realmente, el único responsable de aquel accidente? ¿Cómo podía depender una línea de Alta Velocidad a 200 km/h sólo del factor humano? ¿Por qué estaba desconectado el sistema ERTMS que hubiera frenado el tren automáticamente antes de llegar a la curva evitando que descarrilara?
José Blanco
Año 2011. José Blanco es ministro de Fomento. Zapatero y el PSOE saben que van a perder las elecciones de noviembre frente a Rajoy. Blanco ordena a Adif adelantar los plazos de inauguración del tren de Alta Velocidad a Galicia. «Quería -recuerda Jesús Domínguez- pasar a la historia como el ministro que había llevado la Alta Velocidad a Galicia porque Blanco quería disputarle la Xunta a Alberto Núñez Feijóo».
En la entrevista a Hoy Responde, Jesús Domínguez relata hechos contrastados. Lo certificamos. Domínguez separa hechos de opiniones con rigor. «Se cambió el proyecto inicial para forzar su inauguración por Blanco», dice Jesús Domínguez.
En el proyecto inicial, el tren entraba en línea recta a una nueva estación que se tenía que construir a las afueras de Santiago, pero eso retrasaba la inauguración. Se decidió que el tren entrara a Santiago usando la línea tradicional, la de la curva de Angrois, hasta la estación de siempre. Pero esa línea tenía el ancho de vía ibérico y no daba tiempo tampoco a cambiarlo al ancho de vía europeo, el adecuado para la Alta Velocidad.
La línea entre Orense y Santiago tampoco estaba electrificada y tampoco daba tiempo a electrificarla completamente si se querían cumplir los plazos dados por Blanco para inaugurar el tren antes de dejar de ser ministro. «En España, las inauguraciones de los trenes las deciden los ministros por razones políticas, no los ingenieros»,lamenta Jesús Domínguez, que, es, precisamente, ingeniero e iba en aquel tren.
Se decidió, además, que el sistema de conducción automática ERTMS (el más moderno, fiable y homologado por la UE y que hubiera evitado el accidente) no llegara hasta Santiago, sino que terminara antes del túnel previo a la curva de Angrois. De esta forma, el túnel y la curva quedaban a merced del viejo sistema analógico ASFA (de los años 60) para tener que reducir la velocidad de 200 km/h a 80 km/h en apenas cuatro kilómetros.
En el Congreso, expertos que acudieron a la comisión de investigación del accidente declararon que «si el sistema ERTMS hubiera estado en servicio, este accidente nunca hubiera ocurrido» y que «desconectarlo aumentó un millón de veces el riesgo de descarrilamiento».
Así las cosas, además, a Blanco le hacía falta un tren ad hoc que circulara con todos esos condicionamientos. Blanco ordenó, entonces, a Talgo inventar a toda prisa un tren híbrido (eléctrico y diésel) que sirviera para los tramos electrificados y para los no electrificados y que fuera por el ancho de vía nacional a velocidad alta. Es el Alvia S-730, el mismo que ahora da problemas en la línea inaugurada por Pedro Sánchez en Extremadura. «Blanco presumió de que era el primer tren de Alta Velocidad que iría por el ancho de vía nacional, pero aquel tren no estaba homologado por la autoridad ferroviaria europea», señala Jesús Domínguez.
Talgo inventó el tren que quería José Blanco y Adif cambió todo el proyecto. «Blanco tardó solo 74 minutos exactamente en autorizar la puesta en servicio del tren tras recibir el nuevo proyecto de Adif», dice Jesús citando documentos oficiales de la investigación. Destaca, además, que “aquello fue un caso singular porque José Blanco fue capaz, 6 meses antes, de decir la fecha exacta de la inauguración: el 10 de diciembre de 2011″. El socialista sabía que no tenía más tiempo de margen porque las elecciones generales eran en noviembre, pero el gobierno de Rajoy no tomaría posesión hasta finales de diciembre.
Y así fue. José Blanco, como ministro en funciones de Fomento, inauguró la línea de Alta Velocidad Orense-Santiago-Coruña en la que fecha que él había adelantado. En los vídeos de aquel día se ve a un Blanco con cara de pocos amigos junto a Alberto Núñez Feijóo. En su discurso, Blanco se apuntó el tanto de «un día histórico para Galicia con la llegada de la Alta Velocidad». Las notas de prensa que difundió el gobierno Zapatero decían: «José Blanco presenta el tren híbrido de alta velocidad en Galicia (…) con un incremento de la seguridad mediante el uso de tecnologías punta en los sistemas de conducción automática de trenes». Y citaba la utilización, entre otros, «del sistema ERTMS».
La conclusión de Jesús Domínguez es clara: «José Blanco forzó la inauguración de un tren que no era totalmente seguro sólo para marcarse un tanto político personal. Su responsabilidad es clarísima a la vista de todos los peritajes e informes que he leído y de las conversaciones que he tenido con gente de Adif».
Ana Pastor
El 22 de diciembre de 2011, 12 días después de la inauguración del tren, Ana Pastor (nombrada por Mariano Rajoy) sustituye a José Blanco en Fomento. Pastor nombra para la secretaría de Estado de Infraestructuras a un desconocido -entonces- Rafael Catalá.
El tren ha iniciado sus viajes comerciales con pasajeros, pero la chapuza heredada de Blanco es absoluta: parones constantes, retrasos y quejas de viajeros. La prensa comienza a hacerse eco y las reclamaciones e indemnizaciones a los viajeros empiezan a ser insoportables para el departamento comercial de Renfe.
Cuenta Jesús Domínguez que, «al salir de Orense, como todo se había hecho tan rápido y sin homologación, el tren se paraba porque no leía correctamente la primera baliza de la vía y, por seguridad, el tren se iba a su estado más seguro: estar parado». El escándalo en prensa va a más: «Empieza a salir en los medios que el tren se para de repente y que tarda un montón en llegar a Santiago, como está ocurriendo ahora con Extremadura, y el departamento de negocios de Renfe pide a Adif que desconecte el sistema de seguridad ERTMS, que, aunque solo llegaba hasta 4 kilómetros antes de la curva de Angrois, de haber estado conectado hubiera permitido detener el tren a tiempo». Es decir, se tomó la decisión de desconectar el ERTMS «por motivos comerciales como declararon los peritos en el Congreso y consta en la causa judicial», recuerda Jesús Domínguez.
¿Quién tomó esa decisión fatal? Jesús Domínguez quiere ser riguroso: «Cuando el departamento de negocio de Renfe pide a Adif que desconecte el sistema ERTMS, es el director de Seguridad de Adif, Andrés Cortabitarte, el que lo autoriza. Yo no sé si una ministra, como Ana Pastor entonces, está al tanto de decisiones así tan concretas, pero está claro que hay una responsabilidad política de alguien… o de cargos intermedios o directores generales que son nombrados a dedo y quieren hacer la pelota y no molestar al ministro de turno».
Intereses comerciales
Para Jesús Domínguez el pacto para taparse entre PSOE y PP, «entre Rubalcaba y Ana Pastor», es «claro». Recuerda Jesús Domínguez que PP y PSOE (Rajoy y Sánchez) llevan 9 años negándose a realizar la investigación independiente que ha reclamado Europa a España, que se negaron a la propia comisión parlamentaria de investigación y que cuando se constituyó impidieron que se escuchara el audio completo del maquinista diciendo que ya habían advertido de los fallos de seguridad en la curva o impidiendo ofrecer prestigiosos trabajos documentales con peritos independientes denunciando los agujeros de seguridad.
Jesús Domínguez dice que se ha «reunido muchas veces con Ana Pastor» y ha tratado de ponerse «en su posición cuando ocurrió el accidente». «La Alta Velocidad era la joya de la corona española. Se exporta fuera. Hay muchos proyectos. Cuando ocurrió el accidente optábamos a un gran contrato en Brasil y a otro en Polonia. Si has tenido un accidente de alta velocidad no puedes concursar. Y debieron de pensar, aquí hay miles de millones y muchos puestos de trabajo en juego… hay que echarle la culpa al maquinista aprovechando la grabación», señala.
Rafael Catalá
Rafael Catalá era el número dos de Ana Pastor en Fomento como secretario de Estado de Infraestructuras en el momento del accidente. Para Jesús Domínguez, resulta llamativo que «en las horas siguientes al accidente, Catalá insistiera en que no era un accidente de la Alta Velocidad española, en recordar que había intereses comerciales en juego y en descargar la responsabilidad sobre el maquinista. Catalá llamó a su compañera de partido, Teresa Gómez-Limón, que iba en el tren para presionarle recriminarle que hubiera pedido públicamente la dimisión de los presidentes de Renfe y Adif».
Rafael Catalá pasó de ser secretario de Estado de Infraestructuras a ministro de Justicia. «¡Qué casualidad!», dice Jesús Domínguez, que relata los cambios deliberados de juez, a partir de ese momento, o «la inacción absoluta de la fiscalía». «Hay autos del primer juez quejándose de que Fomento, Adif y Renfe no le entregaban la documentación requerida. Hubo documentos que tardaron cuatro años en llegar al juzgado”, señala. “La Abogacía del Estado llegó a acusar al juez que intentó imputar a 21 personas de Adif de hacer un proceso inquisitorial».
Pero «lo más terrible» para Jesús Domínguez es algo que ocurrió cuando Rajoy perdió el Gobierno por la moción de censura de Sánchez y Rafael Catalá dejó el ministerio de Justicia y la política: «Catalá fichó, nada más dejar el ministerio, por el despacho británico de abogados Herbert Smith Freehills, que es el que defiende a Renfe, Adif y sus aseguradoras en el juzgado y el que hace los contratos de Alta Velocidad en España».
Yolanda Díaz
20 de diciembre de 2021. Diez años justo después de la rimbombante inauguración de «la llegada del AVE a Galicia» por parte de José Blanco, Pedro Sánchez vuelve a inaugurar el AVE a Galicia a pocos meses de unas elecciones. Acompaña al Rey Felipe. En las notas oficiales de Moncloa, ni una mención al pasado salvo decir que «se completa» la llegada del AVE a Galicia. Sánchez dice casi copiando a José Blanco: «Hoy celebramos la consecución de un hito histórico».
En el acto, el hermano de Jesús Domínguez consigue saltarse todos los círculos de seguridad y llega hasta el Rey y Sánchez. Le entrega una carta al presidente del Gobierno pidiendo la investigación independiente del accidente que exige Europa. La ministra Raquel Sánchez le recrimina con la cara su acción.
Junto al Rey, Yolanda Díaz le mira. Ella conoce bien a Jesús, a su hermano y a las víctimas del Alvia: «Nos llamaba cuando era diputada de En Marea y estaba en la oposición a Rajoy para hacerse fotos con nosotros y nos mandaba cartas de apoyo. Pero ha llegado al Gobierno y, como todos, se ha olvidado de sus promesas y no tiene ningún interés ya en nosotros».
El reproche llega, también, a Pablo Iglesias, que, estando en la oposición a Rajoy, decía que era «indecente» que «se hubiera producido un pacto de silencio» para ocultar la verdad del accidente del Alvia. «Sánchez no nos ha contestado a la carta que le dio mi hermano”, cuenta Jesús Domínguez. «La imagen abrió los telediarios de aquel día, pero ningún medio dijo que éramos nosotros, las víctimas del Alvia, aunque avisamos a todos. Supongo que después de 9 años ya no contamos para nadie».
El AVE a Galicia de Sánchez «no es seguro»
Por cierto, Semaf, el sindicato de maquinistas de Renfe, ha denunciado que el tren inaugurado por Sánchez en diciembre «no es seguro» en el tramo entre Taboadela y Orense. El sindicato alude también -como hace 10 años- a «una manipulación y desconexión del sistema de seguridad ERTMS que contraviene todos los preceptos que marca Europa». Dice Semaf que los fallos son «un síntoma claro de las prisas por
inaugurar».
Sánchez, Blanco e Isaías Táboas
2.100 millones de euros costó que José Blanco pudiera inaugurar el AVE que luego se estrelló en Angrois. 3.700 millones de euros ha costado la inauguración del tramo de alta velocidad en Extremadura entre Badajoz y Plasencia. Otro hito «histórico», según Pedro Sánchez, que en las invitaciones al acto lo vendió como «la llegada del AVE a Extremadura”, aunque en realidad es sólo un pequeño tramo, la mayoría de la línea Madrid-Extremadura no está ni licitada y el tren va a una media de ¡89 kilómetros/hora!
Tras la inauguración, el tren ha acumulado en una semana todo tipo
de incidencias más propias del Tercer Mundo: puertas que no se abren, vagones sin aire acondicionado, fallos en la señalización, cortes eléctricos y continuos retrasos de más de una hora. Ese tren de Extremadura es el Alvia S-730 que se inventó José Blanco, a toda prisa, hace 10 años, para darse el gustazo de inaugurar aquella línea con Santiago que -claramente- no era segura.
Jesús Domínguez nos recuerda que la persona a la que José Blanco encargó hace 10 años- el cambio de proyecto y el Alvia S-730 para que pudiera inaugurarlo antes de dejar de ser ministro, fue Isaías Táboas. Era entonces el secretario de Estado de Transportes en Fomento. El 28 de junio de 2018, Pedro Sánchez, que no llevaba ni un mes en Moncloa, nombró a Táboas presidente de Renfe. Precisamente, de Renfe.
Jesús Domínguez no entiende nada: «Táboas estaba en el equipo de José Blanco. Si tú has inaugurado una línea en la que ha habido 80 muertos en un accidente de alta velocidad, tú ya no puedes ni volver a ser ministro ni ser nada. Eso es la responsabilidad política. Te tienes que ir de la política. Eso no significa que sea el responsable de los 80 muertos, pero te tienes que ir para siempre. Este señor [Táboas] tendría que estar en su casa. Pero no. Lo nombran presidente de Renfe después de haber estado implicado en todo el proceso de la inauguración de nuestro tren. Si me pasa en mi empresa, a mí me echan».
Feijóo
En el vídeo que cada año edita la Plataforma de Víctimas del Alvia 04155 se escucha el lamento de estas personas por ver cómo caminan hacia el olvido conforme pasa el tiempo. Que el pacto de silencio del PP y el PSOE, que denuncia Jesús Domínguez, ha surtido efecto. Que a nadie les importa ya su dolor.
«Somos padres que han perdido a hijos, hijos que perdieron a padres, hermanos, primos, sobrinos, amigos… Y heridos, muchos heridos. No somos delincuentes, sino ciudadanos que exigimos saber la verdad», dijo Cristina en el Congreso al recordar que su hijo Curro murió en aquel tren.
Aquel 24 de julio de 2013 vimos, incluso, llorar a Alberto Núñez Feijóo: «Hoy -dijo Feijóo entre lágrimas- todo el pueblo de Galicia llora la tragedia que estamos viviendo, llora a las víctimas y llora por el desasosiego de las familias».
En unos meses, Feijóo será presidente del Gobierno si las encuestas se cumplen. Si sus lágrimas fueron sinceras, el presidente del PP tendrá una oportunidad magnífica de cumplir -en este tema también- su objetivo declarado «de no ser como Sánchez».
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