España

El Gobierno vasco dejó que un etarra preso fuera al dentista sin custodia policial

El etarra Mikel Otegi, condenado a 34 años por matar a tiros a dos ertzainas en 1995, salió ayer de la cárcel de Álava para ir al médico sin ningún tipo de custodia policial. El Gobierno vasco ha justificado su decisión asegurando que «ha sido por economía de gasto». «Una patrulla supone determinados gastos y si esa persona puede ir sola, lo normal es que se haga así. Es lo que se denomina ‘por autogobierno’».

Son palabras del juez y asesor en materia penitenciaria de la Consejería de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales, Jaime Tapia, justificando la decisión del Ejecutivo autonómico. Además ha añadido que el permiso sin vigilancia se enmarca dentro de la normativa vigente, al tratarse de un tratamiento médico que no se puede dar en prisión. Es más, el asesor le ha restado importancia asegurando que más que un «escándalo» debería ser algo «satisfactorio» porque plasma una política penitenciaria más humana, «protectora de la salud y de la dignidad de los reclusos».

Mikel Otegi todavía tiene pendientes más de 10 años de condena por el asesinato de dos ertzainas en 1995 y su posterior huida a Francia.

Por otro lado, el Departamento de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales del Gobierno, del que depende la gestión de las tres cárceles del País Vasco, ha rehusado confirmar este hecho porque nunca facilita datos concretos y personales de los reclusos.

La normativa

Fuentes de este Departamento han explicado a El Correo que en todo caso las salidas de internos a consultas médicas están reguladas en la normativa (en concreto en el artículo 155.4 del Reglamento penitenciario). Este texto también recoge la posibilidad de que el reo use medios propios y no tenga custodia policial, lo que se conoce como «autogobierno».

Se trata de un «permiso extraordinario» de salida autorizado desde los servicios centrales penitenciarios, siempre que la situación penal y penitenciaria del recluso lo permita y se den una serie de condiciones como por ejemplo que no haya riesgo de fuga.

La idea es tratar de concienciar a los reclusos de que usen sus propios recursos en la gestión de sus necesidades de atención médica extrapenitenciaria, así como «racionalizar la utilización de recursos públicos derivados de una custodia policial cuando ésta no es necesaria», han precisado las mismas fuentes.

En todo caso las salidas para recibir atención médica tienen los tiempos muy pautados. En el caso de la cárcel alavesa de Zaballa, si la consulta es en Vitoria el recluso cuenta con un margen de una hora para llegar a su destino. Después el médico debe dejar constancia de cuándo termina la consulta y desde ese momento el preso tiene otra hora para regresar al centro penitenciario.

Asesino de dos ertzainas

Mikel Otegi fue condenado en 2013 a 34 años por la Audiencia Nacional por el asesinato a tiros de los ertzainas Iñaki Mendiluze y José Luis González en 1995 en Itsasondo (Gipuzkoa).

Otegi, tras una noche en la que consumió bebidas alcohólicas durante un concierto, regresaba en su coche a su caserío a excesiva velocidad y fue seguido por dos agentes de la Policía Autonómica Vasca. Cuando los agentes acudieron a su casa para multarle, les recibió con una escopeta de caza para la que tenía licencia y les disparó a menos de dos metros y por la espalda.

Más tarde, usando la emisora de radio de los propios ertzainas, llamó a su emisora diciendo: «Batasun, batasun. Para 1035. Un casero ha matado a dos cipayos por la política que seguís» y, a un vecino, le espetó: «dos hijos de puta menos».

Otegi fue absuelto por un tribunal de jurado popular un año y medio después de estos hechos. Aunque la sentencia fue inmediatamente recurrida, aprovechó la absolución para escapar a Francia, donde se incorporó a ETA y donde ha cumplido condena por pertenencia a banda terrorista desde 2003.

Finalmente en 2013 fue condenado por la Audiencia Nacional por ambos crímenes y en la actualidad cumple condena en la cárcel alavesa de Zaballa.