La Fiscalía pide cuatro años de cárcel para Matas por los contratos del Palma Arena
La Fiscalía Anticorrupción ha pedido 2 años de prisión para el expresidente del Govern balear Jaume Matas por contratar de forma arbitraria a un arquitecto alemán para construir el velódromo Palma Arena y otros 2 años por volver a contratar las obras a otro despacho de arquitectos tras romper el primer acuerdo, un total de 4 años de cárcel.
El fiscal Anticorrupción Pedro Horrach ha presentado los escritos de acusación de las piezas número 8 y 9 del llamado caso Palma Arena, la primera sobre la contratación del arquitecto Ralph Schürman y la segunda por encargar la continuación de la obra al despacho GR1.
Por contratar de forma arbitraria al primer arquitecto, el fiscal pide 2 años de cárcel y 20 de inhabilitación para Matas por fraude a la administración y prevaricación en concurso medial con falsedad; e idéntica pena y por las mismas acusaciones que solicita por la segunda contratación.
El fiscal acusa también al entonces director general de Deportes, José Luis «Pepote» Ballester, para quien pide 3 meses de prisión a sustituir por multa de 540 euros y tres años y 3 meses de inhabilitación por la primera contratación, e idéntica pena por la segunda.
Además, por la contratación de FR1, el fiscal reclama que Matas y Ballester sean condenados a pagar 855.944 euros de responsabilidad civil de forma conjunta, un 5 % Ballester y un 95 % Matas; y por la de Schürman 16.326 euros de los que deberá responder en un 10 % el ex director general de Deportes y en un 90 % Matas.
Según el fiscal, Matas estableció el funcionamiento de la Fundación Illesport, «una farsa orquestada» para aparentar que era su patronato el que tomaba las decisiones cuando las adoptaba él.
Puso al frente de la comisión ejecutiva de Illesport a Ballester, con «la única y exclusiva finalidad de tener un control más directo» sobre ella y de manera que las reuniones de la junta de patronos eran «una mera simulación».
Para adoptar las decisiones que permitieron la contratación de la construcción del Palma Arena se fingió la celebración de esas reuniones de la junta de patronos Illesport y se falsificaron los certificados de los acuerdos supuestamente adoptados.
El contenido de las actas simuladas de las reuniones de la junta «era fruto de las directrices y decisiones de Matas», el único que, con su firma, avala ese contenido. Según el fiscal, Matas era «quien ostentaba de facto el dominio sobre la gestión del citado organismo».
Después de la adjudicación a Baleares en 2004 de la organización del Campeonato del Mundo de Ciclismo en Pista, el Consell de Govern aprobó la construcción de un espacio polideportivo que luego sería el velódromo Palma Arena.
Según Horrach, Matas encargó la construcción a la Fundación Illesport y a un consorcio creado para tal fin porque no estaban obligados a pasar por los mismos controles previos que la administración y a los que podía «imponer sus decisiones unipersonales sobre quien y cómo construiría» dicho velódromo.