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Tribunales

La directora de Moncloa admite al juez que trabaja para Begoña con un sueldo de 49.000 €: «Me llamó ella»

Cristina Álvarez ha declarado como testigo ante el juez Juan Carlos Peinado

Cristina Álvarez, la recaudafondos del máster de Begoña Gómez y directora de Programas de la Secretaría de Presidencia del Gobierno, ha declarado ante el juez Juan Carlos Peinado que trabaja para Begoña con un sueldo de 49.000 euros. «Me llamó ella», le ha dicho al instructor que investiga a la mujer del presidente del Gobierno aludiendo que Begoña Gómez le dijo que en Moncloa podía tener una persona de confianza y asesoramiento y que le gustaría que fuera ella. Ella accedió y empezó a trabajar el 16 julio del 2018. Desde su puesto en La Moncloa se ha dedicado a los negocios privados de Begoña Gómez.

Fuentes presentes en el interrogatorio aseguran que estaba muy nerviosa, que ha respondido con evasivas y que el instructor ha tenido que llamarla la atención varias veces. Álvarez ha descrito su puesto como la persona de confianza de Begoña Gómez, que debe buscar un entorno seguro, eficiente y discreto a la mujer del presidente las 24 horas del día. «Tengo que controlar toda su agenda, todas las actividades, en función de las actividades que tenga, tengo que informar a las unidades del departamento de seguridad, escoltas, desplazamiento e instalaciones donde va a acudir ella. «, ha dicho. También ha explicado que se encarga de ponerse en contacto con el departamento de protocolo para ceremonias, cenas y comidas y que es la persona que se pone en contacto para coordinar informes.

El sumario reveló que las funciones de Cristina Álvarez iban más allá y que utilizaba su cuenta de correo corporativo de Presidencia del Gobierno para hacer gestiones sobre los estudios universitarios de Begoña Gómez. La asesora de la mujer de Sánchez ha dicho no acordarse exactamente del correo utilizado en un primer momento. Tras ello, ha admitido que, como gestionaba la agenda de Begoña Gómez todos los temas institucionales y oficiales, las comunicaciones se realizaban con la cuenta de presidencia y con la cuenta privada como norma. Álvarez ha descrito estas gestiones como «un favor al ser amiga de ella».

Durante la comparecencia ha admitido que hacía trabajos para el máster de Begoña Gómez y que conoce a Juan Carlos Barrabés, como profesor de estos estudios universitarios, y a Joaquín Goyache, rector de la Universidad Complutense también imputado en la causa. Ha explicado que les ha visto en eventos relacionados con la cátedra que codirigía la mujer del presidente. También ha admitido haber mantenido conversaciones con el entonces vicerrector Juan Carlos Doadrio. «Él me daba recados para Begoña», le ha dicho al juez asegurando que tenía confianza con él.

Software de Begoña Gómez

Juan Carlos Peinado también le ha preguntado sobre el registro de la plataforma del máster. El instructor, además, ha indagado sobre si participó en alguna conversación sobre los pliegos del software y Álvarez ha admitido que estaba en copia en todos los correos, pero que «no le interesaban». La asesora de Begoña Gómez ha explicado que la acompañaba a las reuniones que tenía en la universidad.

El juez también ha incidido sobre sus gestiones en el África Center, que dirigía Begoña Gómez en el Instituto de Empresa (IE). Cristina Álvarez ha explicado que no acompañaba a la mujer de Pedro Sánchez a las reuniones y que solían ser una vez a la semana dependiendo del mes.

Declaración blindada

La directora de Moncloa ha llegado a sede judicial en torno a las 11 de la mañana tras ser citada a las 11:30 por el juez. María Jesús del Barco, la decana de los Juzgados de Plaza de Castilla, ha blindado su declaración con seguridad del tribunal. Dos personas han custodiado la sala de vistas expulsando del pasillo de los juzgados a periodistas. Begoña Gómez también contó con este dispositivo de seguridad privilegiado frente al resto de personas que comparecen en sede judicial.

Cristina Álvarez ha acudido a los juzgados acompañada del abogado penalista José María de Pablo. Comparecía en calidad de testigo, por lo que no estaba obligada a ser asistida por una defensa, sin embargo, ha decidido acudir a los juzgados con un letrado que le asesorase. Su defensa no ha entrado al interrogatorio en el que ha contestado a todas las preguntas de las partes. Por el momento, el juez no ha cambiado su condición de testigo, pero sí le ha solicitado su número de teléfono para futuras diligencias.