España

Cs cumple el deseo de Sánchez: rechaza la comisión de investigación que lo acorrala por el ‘caso Ghali’

El PP ha defendido en la Junta de Portavoces del Congreso de los Diputados la creación de una comisión de investigación por la entrada ilegal en España del líder del Frente Polisario, Brahim Ghali. La izquierda ha cerrado filas para defender a Pedro Sánchez y evitarle el desfile por las Cortes en un asunto que lo acorrala políticamente y, al menos, lo asusta judicialmente. Pero un partido se ha sumado en la protección al presidente del Gobierno: Arrimadas ha cumplido los deseos de Sánchez y Cs se ha sumado al voto en contra de la comisión de investigación para investigar el caso Ghali.

Los votos de Cs ni siquiera eran necesarios para tumbar en la votación de portavoces la comisión de investigación por el caso Ghali. Pero el gesto ha quedado plasmado en los archivos del Congreso. Todo un respaldo que muestra la sintonía reinante entre la formación naranja y el PSOE.

El PP ha argumentado que era necesaria la comisión de investigación por múltiples motivos. El primero, porque es obvio que la ‘X’ del caso Ghali es el presidente del Gobierno: el único con poder para permitir una entrada del líder del Frente Polisario totalmente opaca, anulando el control de aduanas y de inmigración, apartando al Ministerio de Defensa, y permitiendo el registro de Ghali en el hospital con un nombre falso.

Hay que recordar que el ex jefe de Gabinete de la entonces ministra de Exteriores, González-Laya, ya ha declarado que él recibió órdenes de la citada ex ministra pero que no sabe si el origen de la orden fue aún más alto. Y la propia González-Laya se ha negado a desvelar si el presidente le ordenó la entrada ilegal y opaca de Ghali.

El PP también ha destacado que esa entrada constituye una grave violación de la seguridad de las fronteras españolas. Que provocó una grave crisis diplomática con Marruecos. Que entró sin control hasta el hijo del líder del Frente Polisario. Y que todo ello requiere una investigación parlamentaria para aclarar lo ocurrido y el origen de la cadena de mando.

La respuesta de Cs ha sido la negativa. El argumento utilizado para rechazar la comisión ha sido que cuestionar la actuación del Gobierno en este asunto, con elevada relevancia internacional, daña la imagen de España. Y que la defensa de España es lo primero.

Sánchez, acorralado

Con ese razonamiento, el partido de Inés Arrimadas se ha sumado al bloqueo para evitar la comisión de investigación que acorrala al propia Sánchez en el caso Ghali. Porque nadie, salvo Sánchez, tiene poder por encima de una ministra de Exteriores para ordenar semejante entrada y operativo de elusión de controles.

Hay que recordar que el abanico de posibles implicados en la entrada opaca e ilegal del líder del Frente Polisario en España crece por momentos. Y escala hacia la cúpula del Gobierno. La Policía, de hecho, sospecha ya que los mails destruidos por el Ministerio de Exteriores informaron de la entrada de Brahim Ghali a la entonces delegada del Gobierno en Aragón, Pilar Alegría, y ahora ministra de Educación.

La Abogacía del Estado ha comunicado recientemente al Juzgado de Instrucción Número 7 de Zaragoza que el ex jefe de Gabinete de la ya ex ministra de Asuntos Exteriores Arancha González Laya borró los correos internos que recogían y coordinaban la entrada en España de Brahim Ghali. El escrito fue remitido el 4 de octubre por los servicios jurídicos del Estado y en él se detalla que el jefe de Gabinete, Camilo Villarino, “mantuvo la costumbre de ir borrando cada cierto tiempo sus correos electrónicos, por motivos de seguridad y de minimizar el daño en caso de hackeo de los equipos”.

Mails destruidos

Lo cierto es que más allá de esa curiosa versión, la Policía sospecha que los mails destruidos recogieron la información sobre la entrada de Brahim Ghali a una persona más: la entonces delegada del Gobierno en Aragón, Pilar Alegría.

Hasta el momento, ya está imputada la ex ministra Arancha González Laya, anterior responsable de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación de España. Pero su condición de ex ministra le permite al juez mantener la instrucción en el Juzgado nº7 de Zaragoza. El caso de Alegría sería distinto.
Por el momento, de hecho, González-Laya sigue salvando a su antiguo jefe, Pedro Sánchez, en el caso Ghali.

La socialista está imputada en esta causa por seguir, presuntamente, las órdenes del presidente del Gobierno en el plan orquestado para dar entrada al líder del Polisario, Brahim Ghali, en España de forma ilegal. Sin embargo, la ex ministra ha impedido que el magistrado Rafael Lasala continúe avanzando en la investigación, ya que Laya se ha negado a confesar quién le dio la orden, al acogerse al derecho de no declarar, amparándose en la Ley de Secretos Oficiales.

El ex jefe de Gabinete de González-Laya confesó previamente al juez que la ex ministra conocía la identidad del enfermo que, procedente de Argelia, entró en España sin control de aduana. Ghali llegó a la Base Aérea de Zaragoza el 18 de abril en un avión medicalizado, acompañado por al menos otra persona, para que le trataran del Covid severo que padecía y fue tratado en el hospital San Pedro de Logroño bajo una identidad falsa.

Según la versión del diplomático, fue la socialista quien le llamó y le dijo que “se ha decidido admitir a Ghali en España”. Por ello, aseguró que no creía que fuera una decisión de ella “sólo por sí y ante sí, es decir, el Gobierno no es un reino de taifas”, subrayó. Tras escuchar en sede judicial a al ex jefe de gabinete, el juez Rafael Lasala decidió imputar a la ex ministra para que acudiera a declarar.