Soy interiorista y jamás tendría estas 4 cosas en mi salón: pequeños cambios para un espacio acogedor y elegante
Una experta en diseño de interiores da las claves para que no cometas fallos con tu salón
El salón es ese lugar de la casa donde pasa todo: charlamos, descansamos, ponemos una peli o simplemente nos tiramos en el sofá a no hacer nada. Por eso, más allá de la estética, lo que importa es cómo nos hace sentir. A veces creemos que basta con seguir las tendencias o comprar el conjunto de muebles que sea tendencia, pero luego el resultado no encaja. Hay detalles que, sin darnos cuenta, pueden hacer que el espacio se vea más frío o menos acogedor.
En redes hay cientos de ideas sobre cómo decorar, pero pocas tan claras como las de @cas.estudiodeco, una interiorista que en Instagram ha contado las cuatro cosas que jamás tendría en su salón. No lo dice como una norma, sino como una guía práctica para crear ambientes más naturales, elegantes y, sobre todo, con personalidad. Y lo bueno es que en ningún momento menciona reformas o el hecho de tener que gastar una fortuna. Sus consejos van más allá de eso: pequeños gestos que cambian por completo la sensación de un espacio. Así, una alfombra bien elegida, unas cortinas a la altura adecuada o saber cuándo parar con los adornos, son detalles que esta experta menciona y que que marcan la diferencia entre un salón cualquiera y uno en el que apetece quedarse.
Soy interiorista y jamás tendría estas 4 cosas en mi salón
Uno de los errores más comunes (y más fáciles de evitar) es comprar todo el conjunto de muebles de la misma colección: sofá, sillones, mesa de centro, aparador. A primera vista parece una solución práctica, pero el resultado suele ser justo el contrario: un salón sin alma. Como explica la creadora de @cas.estudiodeco, ese tipo de combinaciones hacen que el espacio se vea plano e impersonal, casi como un escaparate.
La clave está en mezclar, no en emparejar. Combinar un sofá de líneas sencillas con una butaca de otro estilo, meter una mesa auxiliar de madera rústica junto a una lámpara moderna o jugar con diferentes tejidos (lino, terciopelo, algodón) puede hacer que marques la diferencia. Es esa mezcla equilibrada la que da autenticidad y calidez, la que pude hacer que una casa parezca vivida y no decorada de forma impuesta.
Cuidado con las cortinas que no pueden ser muy cortas
Puede parecer un detalle menor, pero unas cortinas mal elegidas pueden desequilibrar por completo la proporción de un salón. Según @cas.estudiodeco, las cortinas cortas acortan visualmente las paredes y hacen que la estancia parezca más pequeña de lo que es. Y tiene razón ya que unas cortinas cortas rompen la continuidad vertical del espacio, restando amplitud y elegancia.
La solución está en cortinas largas que lleguen hasta el suelo, incluso rozándolo ligeramente. Además de estilizar la habitación, aportan una sensación de calidez inmediata. Y si se mezclan con tejidos naturales, como lino o algodón lavado, el efecto es aún más acogedor. En interiores pequeños, elegir tonos claros y lisos ayuda a que la luz circule mejor y el ambiente se perciba más sereno.
No a a las alfombras pequeñas
Una buena alfombra no sólo protege el suelo o añade textura: también va a definir la sala de estar. Sin embargo, muchas veces se eligen alfombras demasiado pequeñas, y eso hace que el salón parezca fragmentado, como si los muebles flotaran sin conexión entre ellos. La interiorista de @cas.estudiodeco lo resume de forma clara: una alfombra que no cubre toda la zona de asientos rompe la armonía visual.
La recomendación es sencilla: que la alfombra enmarque todo el conjunto de sofás y mesa de centro. Lo ideal es que al menos las patas delanteras de los sofás y butacas queden sobre ella. De ese modo, el área de descanso se percibe como un todo, bien delimitado y equilibrado. Además, las alfombras grandes tienden a hacer que el espacio parezca más amplio y ordenado, un truco infalible si se busca sensación de confort y unidad.
Decoración en masa de baja calidad
El último consejo tiene que ver con la calidad, no con la cantidad. Llenar las estanterías de objetos decorativos que imitan materiales nobles o piezas de diseño puede parecer una forma rápida de embellecer el salón, pero suele tener el efecto contrario. Como señala @cas.estudiodeco, esa decoración en masa de baja calidad quita carácter y elegancia al espacio.
No se trata de gastar más, sino de elegir mejor. Una cerámica artesanal, un cuadro pequeño con historia o un jarrón heredado tienen más valor estético que una docena de imitaciones sin alma. Lo importante es que los objetos cuenten algo sobre quien vive allí. En definitiva, invertir en pocos detalles bien escogidos, que transmitan autenticidad y calidez, siempre será mejor que llenar el salón de piezas sin personalidad.
Al final, la idea que transmite esta interiorista es tan sencilla como poderosa: el salón debe reflejar quién eres, no solo las tendencias del momento.