Asaja tampoco apoyará la reelección de Garamendi como presidente de la patronal CEOE

Asaja, la organización que agrupa a la mayor parte de los agricultores y ganaderos del país e integrada en la patronal CEOE, tampoco apoyará la reelección de Antonio Garamendi en el acto que se celebrará el próximo 23 de noviembre. Aunque Asaja ha dado libertad de voto a las organizaciones asociadas y ha declinado posicionarse públicamente en favor de Virginia Guinda, la vicepresidenta de Fomento del Trabajo que ha presentado los avales exigidos para competir como alternativa, «nadie del sector del campo optará por Garamendi y es muy probable que algunas ‘filiales’ como las de Andalucía, Castilla y León, Valencia y otras se pronuncien explícitamente antes del cónclave claramente en contra de Garamendi o en favor de la señora Guinda», según los medios consultados por OKDIARIO.

De acuerdo con estas fuentes, «el sector del campo está crecientemente enojado con la manera en que se ha conducido el actual responsable de la CEOE y que sumó en su momento el apoyo de la organización -con foto incluida en La Moncloa- a decisiones que cada día nos perjudican más como la subida del salario mínimo y sobre todo la contrarreforma laboral, que ha acabado en la práctica con los contratos temporales y nos ha obligado a sustituirlos por fijos discontinuos, elevando la rigidez, complicando nuestra actividad y aumentado los costes de producción». «Estamos en plena temporada de recogida de la naranja, de la aceituna y de otros productos, de modo que este retroceso legal nos está matando, porque para nosotros contar con mano de obra temporal es básico», apuntan.

Este fue el mismo motivo por el que la industria del automóvil, agrupada en Anfac, se mostró igualmente disconforme con la decisión de Garamendi de sancionar la reforma laboral, igual que sucedió con la organización catalana Fomento del Trabajo, con los empresarios madrileños agrupados en CEIM y en Cepyme -que representa a las pequeñas y medianas compañías-. A pesar de estas cuentas pendientes, tanto CEIM, que preside Miguel Garrido, como Cepyme, que dirige Gerardo Cuerva -que espera renovar su mandato en dos años- han dado su respaldo público a Garamendi.

La presentación de la candidatura de Guinda, sin embargo, ha tenido el efecto de reavivar el mar de fondo que late en la patronal desde hace tiempo. «El malestar acumulado en aquella época de entreguismo al Gobierno que tantos problemas nos ha generado». Ha acabado, además, con la posibilidad acariciada por Garamendi de ser elegido por aclamación. Ahora, el 23 de noviembre se votará a los dos candidatos y este acto es secreto. «Es posible que mucha gente desoiga los consejos de los órganos de dirección y haga lo que quiera, dando un voto de castigo», indican estos medios.

Otras fuentes consultadas por OKDIARIO afirman que «este es el caso, por ejemplo, de muchos empresarios madrileños que no están de acuerdo con la postura adoptada e inspirada por Miguel Garrido», que al parecer ha negociado volver a repetir como vicepresidente y asumir la responsabilidad de dos comisiones en el nuevo equipo directivo de Garamendi.

Por el momento, y de manera explícita, Virginia Guinda cuenta con el apoyo, además de Fomento del Trabajo, de la patronal de cogeneradores industriales ACOGEN, de la Asociación Profesional Nacional de Gestores Administrativos (APNGA), de la Federación Empresarial de Carnes e Industrias Cárnicas (FECIC) y del Colegio de Gestores Administrativos. La sorpresa de última hora ha sido el apoyo de la patronal de concesionarios Faconauto, cuyo presidente, Gerardo Pérez, había barajado la posibilidad de presentarse, que finalmente declinó.

En caso de resultar elegida el próximo día 23, Guinda se ha comprometido a elaborar un plan estratégico en los primeros cien días de mandato, con asuntos tan importantes sobre la mesa como una revisión salarial y del sistema fiscal, una nueva reforma laboral y un gran pacto de rentas.

«Lo más seguro es que Garamendi acabe venciendo porque tiene el apoyo de los grandes, pero al menos comprobará la dimensión de la desafección que su gestión ha causado y que estará obligado a corregir en el futuro», apuntan las citadas fuentes.