«Conmigo nadie juega por el currículum, juegan los que se lo ganen». La frase, pronunciada por Xabi Alonso en una de sus primeras reuniones con la cúpula del Real Madrid, puede parecer un leitmotiv manido –lo contrario sería la bomba, que un técnico admitiera que en su equipo juegan las vacas sagradas– pero, en un equipo plagado de estrellas como el equipo madridista, no es tan fácil pasar del dicho al hecho. Y Xabi lo ha dicho y lo ha hecho.
El caso Vinicius no es más que el botón de muestra de la filosofía de Xabi Alonso, «aquí va a jugar el que se lo gane», que muchos dudaban de que fuera exportable del Bayern Leverkusen a un trasatlántico como el Real Madrid con un vestuario plagado de egos. «Ya veremos si Xabi se atreve a sentar a Vinicius», dijeron algunos escépticos incluso dentro de la propia cúpula de Valdebebas. Y se ha atrevido. Vaya si se ha atrevido. Dos veces y las que le quedan al brasileño si no espabila.
Los dos banquillazos a Vinicius, primero en Liga ante el Oviedo y después en Champions frente al Olympique de Marsella, han sido percibidos por el vestuario (y por la cúpula del Real Madrid) primero con sorpresa y después hasta con admiración. El método Xabi Alonso ha conquistado tanto a la plantilla como al club, que demandaba entre muchos de los asesores del presidente la necesidad de un entrenador que liderara al vestuario y al que no le temblara el pulso a la hora de tomar decisiones con las estrellas.
El método Xabi: meritocracia
«Ahora juega el que se lo gana y eso es lo mejor para el equipo», coinciden en señalar tanto fuentes del vestuario como de la directiva del Real Madrid. Los futbolistas saben que Xabi Alonso es un entrenador muy duro, muy exigente y muy intenso en los entrenamientos –todo lo contrario que los Ancelotti– pero también saben que es un técnico justo que no da la titularidad por sentada a nadie.
Por supuesto que Xabi Alonso tiene su columna vertebral –Courtois, Huijsen, Tchouaméni y Mbappé– pero hasta estos van a rotar cuando llegue el momento. «Nadie va a ser titular todos los partidos», explicó el técnico tolosarra ante el bombardeo de preguntas sobre Vinicius tras su suplencia frente al Olympique de Marsella en la Champions.
Xabi Alonso ha conseguido lo que a Ancelotti le parecía un imposible: tener a toda la plantilla enchufada y que cualquier jugador sepa que puede ser importante en un momento de la temporada o en un minuto de un partido. Con sólo cinco partidos oficiales disputados ya han participado todos los jugadores de campo del Real Madrid a excepción de los lesionados Mendy, Camavinga y Bellingham y de Lunin, que deberá esperar turno posiblemente hasta la Copa del Rey.
Cinco alineaciones distintas en cinco partidos y cambios agotados en todos los encuentros –otra alternativa que no utilizaba Ancelotti como le llegó a recordar hasta el metomentodo Tebas– son las señas de identidad de un Xabi Alonso que, además de contar sus duelos oficiales con el Real Madrid por victorias, ha logrado la cuadratura del círculo: tener contentos a los jugadores y a los directivos. Que no es moco de pavo.