Ricardo de Burgos Bengoetxea desquició desde muy pronto al Real Madrid en el partido ante el Sevilla. La primera polémica con la que se hizo notar fue una decisión insólita, puesto que paró el juego cuando el conjunto blanco iniciaba un ataque peligroso que terminó con gol de Bellingham. El vasco había dejado seguir tras un choque entre Rüdiger y Ocampos que acabó con el argentino en el césped, pero cuando los madridistas iniciaban el contraataque, decidió parar el juego para que atendiesen al sevillista, no para señalar la falta.
De Burgos vio todo lo que pasó. Rüdiger va a una disputa con Ocampos, gana el balón e impacta con la espalda del atacante. Pudo haber falta, pero el árbitro dejó seguir, haciéndole claramente el gesto de que se levantara. Se giró, siguió la jugada y, cuando el Madrid empezaba el contragolpe, volvió a mirar y paró el partido para que el sevillista fuese atendido.
La jugada acabó con un golazo de Bellingham, tras una contra peligrosísima del Real Madrid guiada por Rodrygo. El brasileño se plantó ante Nyland, cedió de tacón para el inglés, que no perdonaba a portería vacía pese a disparar desde la frontal del área. Pero el gol no valió. Instantes antes de que ambos rompieran a la defensa del Sevilla y se plantaran ante el portero, De Burgos había tomado una decisión insólita.
El colegiado no señaló falta de Rüdiger, sino que indicó a las asistencias médicas que entraran para atender a Ocampos, que estaba en el suelo tras el golpe en la espalda. De Burgos lo había visto todo, pero consideró que no hubo falta e incluso llegó a indicarle que se levantara del suelo y a girarse para seguir al balón. Fue entonces, al comprobar que el Madrid iniciaba un contraataque peligroso, cuando decidió que tenía que ser atendido el jugador sevillista.
Bellingham, Rodrygo y la defensa sevillista no se había dado cuenta de que el colegiado había detenido el juego y siguieron como si nada. De hecho, tras el gol, el inglés realizó ante la grada su celebración habitual, antes de no dar crédito de lo que sucedía sobre el césped. Mientras tanto, Rüdiger o Carvajal discutían con el árbitro vasco, que suma una nueva polémica a su historial de polémicas ante el Real Madrid.
Navas derribó a Vinicius en el área
En una carrera en el minuto 44, Vinicius ganaba la espalda a la defensa y acudía en velocidad a por un balón en el área. Navas llegó por detrás, le cargó por la espalda y le derribó. Una carga para nada legal que De Burgos Bengoetxea volvió a pasar por alto. Muñiz Ruiz, que estaba en el VAR, tampoco intervino para corregir la decisión del colegiado.
De Burgos Bengoetxea, contra el Madrid
No fue la única decisión polémica que tomó De Burgos. El colegiado actuó la mayor parte de las ocasiones en contra del Real Madrid. Para empezar, anuló un gol en el minuto 4 a Valverde por un ajustadísimo fuera de juego de Bellingham. Sergio Ramos estuvo atento y por escasos centímetros consiguió inhabilitar la posición del inglés, que peleó por el balón ante Nyland, provocando el fallo del portero y permitiendo a Valverde marcar.
Además, se comió una clara mano fuera del área de Ocampos, que tapa con su brazo en alto un centro de Carvajal. El árbitro dejó seguir como si no hubiera pasado nada. Minutos después, el Real Madrid explotaba tras un centro lateral en una acción a balón parado que, tras rematar Alaba, Ramos salvaba sobre la línea. De Burgos concedió saque de puerta en lugar de córner.