Mundial de Clubes: Real Madrid-Red Bull Salzburgo

Vinicius desata la tormenta perfecta

Una exhibición del brasileño en la primera parte, con gol y asistencia, dio el triunfo al Real Madrid ante el Red Bull Salzburgo

Gonzalo un golazo para abrochar el 3-0 y los blancos pasan primeros de grupo y se medirán a la Juventus en el cruce de octavos

Así fue la exhibición de Vinicius ante el Red Bull Salzburgo

real madrid salzburgo
Vinicius lideró la victoria del Real Madrid.

El Real Madrid se metió en octavos del Mundial de Clubes tras derrotar 3-0 al Red Bull Salzburgo. El partido lo resolvió Vinicius en la primera parte con una exhibición en la que hizo un golazo y dio una asistencia. Gonzalo, que también firmó otro partidazo, hizo el definitivo 3-0 ya en las postrimerías del duelo. Xabi Alonso probó la defensa con tres centrales donde volvieron a lucir Huijsen y Tchouaméni.

Llovía. A mares. La del pulpo arreciaba en Philadelphia, ciudad legendaria con nombre de queso de untar. Xabi Alonso resolvió la incógnita de un once sin el sancionado (por torpe) Asencio con la presencia de un Rüdiger (casi) convaleciente. También repetía arriba Gonzalo y volvía a faltar Rodrygo, ausencia que ha dejado de ser noticia. Ya sólo falta saber qué día se marcha del Real Madrid rumbo a donde sea. Sobre el papel, Xabi dibujaba un 4-4-2 que bien podría ser un 4-2-3-1 según quién fuera el acompañante de Tchouaméni en el centro: Valverde o Arda Güler.

Pronto resolvimos las dudas. No era ni una cosa ni la otra. El dibujo, si ustedes me lo permiten era una suerte de sistema híbrido que les leeré de derecha a izquierda: tres centrales (Rüdiger, Tchouaméni y Huijsen), otros tres futbolistas por delante (Trent, Güler y Fran García), otros tres después (Bellingham, Valverde y Vinicius) y Gonzalo como jugador más adelantado. Para colmo se movían.

El caso es que el Real Madrid dominó de salida ante un Salzburgo replegado. Toque a toque los de Xabi Alonso manejaban la pelota en verso. La posesión del equipo madridista era tan larga que parecía la España de Luis Enrique. Hundían los blancos a los austriacos, que no la olían. Fran García y Trent ensanchaban el campo para que Gonzalo y Vinicius tuvieran espacios.

Asedio blanco

Y precisamente el brasileño tuvo en sus botas el 1-0 en un mano a mano ante Zawieschitzky que resolvió como en sus peores tiempos. Bellingham le había filtrado un pase magnífico al desmarque de ruptura de Vini, que tiró al muñeco para hacer internacional al joven portero del Red Bull Salzburgo. Buen pie el que sacó el chico, por cierto. El dominio del Real Madrid era abrumador.

Huijsen gobernaba el juego desde atrás a pesar de que Tchouaméni era el libre del equipo. Avisó el Salzburgo en el 27 con una jugada en el área en la que Valverde rondó el penalti y Rüdiger, rápido y atento, abortó el peligro. Xabi Alonso daba órdenes desde la banda. Casi sin darnos cuenta nos habíamos fumado ya media hora de partido y el Madrid no terminaba de encontrar resquicios en el entramado defensivo del Red Bull, al que el 0-0 le daba alas.

Menos mal que por fin Vinicius decidió presentarse al Mundial de Clubes a eso del 40. La jugada nació en una recuperación de Fran García, que la sacó hacia Güler. El turco se apoyó en Bellingham, que trazó un pase imposible. Raso, profundo y fuerte. La pelota cayó en los pies de Vini. Buen control orientado, mejor toquecito y fantástica definición con un tiro raso y cruzado ante el que nada pudo hacer Zawieschitzky.

Por fin Vinicius

Con el marcador viento en popa se soltó aún más el Real Madrid. Con Vinicius desatado. Fue en la prolongación cuando el brasileño se inventó una asistencia a lo Guti que dará la vuelta al mundo. Vinicius podría haber definido en solitario pero vio con el rabillo del ojo la irrupción de Valverde a su espalda y le dejó la pelota de tacón para que el uruguayo fusilara a Zawieschitzky y lograra el 2-0 cuando el colegiado pitaba el descanso rumbo a los vestuarios.

Regresamos con un paradón de Courtois, que metió una mano abajo a un disparo a bocajarro de Daghim. Apretaba el Salzburgo y sufría el Real Madrid. Xabi Alonso se dio cuenta y movió ficha. Entraron Rodrygo y Modric para intentar recuperar el mando del partido. Antes, justo antes, se había lesionado Rüdiger por pegarse una carrera estúpida e innecesaria. O eso parecía porque con Rüdiger uno nunca sabe lo que es realidad o ficción. Al final, Xabi optó por meter también a Jacobo Ramón por el alemán. También se fueron Vinicius y Güler.

Ahora dominaba el Salzburgo ante un Real Madrid hundido atrás al estilo Ancelotti. Se le estaba empezando a hacer muy largo el partido al equipo de Xabi Alonso. Sólo Bellingham parecía con fuelle necesario para seguir ocupando mucho campo. En el 73 metió Alonso a Ceballos por un fundido Fede Valverde. Precisamente la salida del utrerano le cambió la cara al Madrid, que recuperó la pelota y la calma.

Ya en el 83 con el partido resuelto llegó el tercero. Lo marcó Gonzalo, que se cocinó la jugada él solito. Presionó, robó la cartera a su par, salió en velocidad, se plantó delante del portero y se la puso por encima con una vaselina maravillosa para abrochar el triunfo de un Real Madrid que confirmó su pase a octavos. Allí se las verá con la Juve pero esa ya será otra historia.

Que se la contaremos, Dios mediante.

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