Lo que va de verano ha certificado una situación que venía sintiéndose desde meses atrás. Que Vinicius ya no es intocable en el Real Madrid. O como poco que está discutido. El Mundial de Clubes ha sido la confirmación del declive que atraviesa desde la no consecución del Balón de Oro. Se le ve ausente sobre el terreno de juego, con menos clarividencia de ideas y menor frescura en las piernas.
Ha pasado de su faceta goleadora en el inicio del pasado curso a darse de bruces consigo mismo en el final del mismo. Valga de ejemplo su sequía goleadora en las últimas diez jornadas de Liga y su escasa contribución con un sólo gol en las eliminatorias de Champions. Su declive ha sido tal que sólo la lesión de Arnold evitó su suplencia contra el PSG en la semifinal del Mundial de Clubes.
Sin Ancelotti, su padre futbolístico, Vinicius camina algo más desprotegido. A sus 25 años afronta un verano crucial para su porvenir. Tiene contrato hasta 2027 y su renovación con el Real Madrid está muy estancada. El entorno del jugador duda sobre que vuelva a ser un jugador intocable por el costado izquierdo y teme la llegada de otro jugador que le relegue a la derecha.
De ahí las dudas y las pocas certezas con su futuro. Al jugador le atrae cada vez más la opción de llegar a su último año de contrato sin haber renovado porque así podría pedir una prima de renovación al Real Madrid o una prima de fichaje a otro equipo al llegar tras la finalización de su contrato. El equipo blanco no contempla ese escenario como factible, pero la cuerda estás más que tensa.
Especialmente después de que el futbolista diera por roto el pacto de caballeros que mantenía con el Real Madrid por el que iba a ser pagado como el mejor de la plantilla. La entidad blanca no quiere permitirse esa prima de renovación que pretende Vinicius. La intención de la entidad pasa por cerrar la renovación cuanto antes hasta 2030, que era la idea inicial.
Vinicius siempre ha tenido claro que quiere ser el mejor pagado de la plantilla del Real Madrid, algo a lo que el club estaba dispuesto a acceder, aunque sin poder competir con la prima de fichaje que percibió Mbappé. Ahora, tanto él como su entorno no ven con malos ojos la posibilidad de tensar la cuerda hasta salir libre dentro de dos veranos. Todo ello con Arabia Saudí apretando y seduciendo