Champions: Manchester City - Real Madrid

Remontada de campeón

Otra remontada histórica del Real Madrid, que debió golear al Manchester City en el mejor partido de la temporada del equipo de Ancelotti

Haaland logró un doblete y por el Real Madrid marcaron Mbappé, Brahim y Bellingham

manchester city real madrid
El Real Madrid ganó 2-3 al Manchester City.

El Real Madrid lo volvió a hacer. Otra remontada histórica de los blancos lograda en los minutos postreros del partido con los goles de Brahim y Bellingham. Y eso que parecía que los de Ancelotti iban a indultar al Manchester City y a Guardiola en el mejor partido de la temporada. Dominó y mereció golear el campeón de Europa pero su falta de puntería le penalizó para ganar ‘sólo’ por la mínima.

No falló Haaland, que logró un doblete en sendos regalos de Asencio y Ceballos. Por el Real Madrid volvió a marcar Mbappé, además de los goles de Brahim y Bellingham, que dejan la eliminatoria abierta para la vuelta en el Bernabéu. Pero allí el Madrid sí que será (muy) favorito.

A Ancelotti sólo le faltaba quedarse embarazado. No le podían pasar más cosas en vísperas del partido del Etihad. La última, la inesperada pérdida de Lucas Vázquez que dejaba su defensa para medirse al Manchester City más que en cuadro, en triángulo. Carletto ya está acostumbrado a que al Real Madrid le mire un tuerto, así que agachó la cabeza, se encogió de hombros, levantó la ceja, miró a la pizarra y dijo: «Valverde al lateral, Camavinga al doble pivote y listo». Dicho y hecho.

Aunque en la previa había jugado al despiste con la madre de todas las probaturas (Mendy de lateral derecho, casi lateral torcido), Ancelotti prefirió blindar el flanco derecho con el uruguayo y el mediocentro con el francés. Jugaba Mendy, sí, pero de lateral izquierdo donde molesta más al rival que a su propio equipo. No había novedades en el resto con la extraña pareja Tchouaméni-Asencio en el eje de la defensa y con Ceballos como acompañante de Fede Valverde en el doble pivote. Modric ya no está para estas batallas. Y arriba, por supuesto, los cuatro fantásticos: Bellingham, Rodrygo, Vinicius y Mbappé.

Enfrente Guardiola tuvo uno de esos ataques de entrenador que, de vez en cuando, le sobrevienen cuando está el Real Madrid de por medio. Sentó a Kovacic para retrasar a Bernardo Silva al eje del mediocampo y también dejó en el banquillo a Foden para colocar en ese costado a Happy Hour Grealish. Regresaba Ruben Dias al eje de la zaga del Manchester City, tan necesitada de sus galones. Y arriba la amenaza tenía cuerpo de gigante y cara de ogro: Erling Haaland.

Con un imponente aspecto en el Etihad arrancó el duelo frenético. Presionaba arriba el Real Madrid, lo juro. Con sus defectillos, pero hasta Vinicius y Mbappé se animaban a echarse al monte. El Manchester City no se lo esperaba pero no se arredró. Sacó la primera falta y el primer córner como mandan los cánones de la Champions. El campo estaba rapidísimo, lo que favorecía la circulación de balón del equipo de Guardiola, que pronto se hizo con los mandos del partido.

Perdona, perdona y perdona el Madrid

El primer aviso del Real Madrid llegó antes del minuto 10. Fue un pelotazo medido de Fede Valverde para la carrera algo atolondrada de Vinicius. El brasileño se plantó ante Ederson, le regateó y su compatriota le hizo un penalti de manual. Por suerte para él (y para el City) el colegiado pitó fuera de juego y el VAR lo ratificó.

La segunda la tuvo en sus botas Mbappé, que corrió por la derecha un buen pase de Vinicius, se plantó dentro del área y sacó un violento disparo raso que sacó con acierto Ederson. Y la tercera estuvo en las botas de Mendy, que dibujó dentro del área una gran pared con Vinicius, que le regaló el gol. Lo abortó casi bajo palos Aké con una salvada maravillosa. Y la cuarta también fue para Vini, que se durmió en el área y le robó la pelota in extremis el propio Aké.

Respondió el Manchester City con maniobras individuales del incisivo Savinho, el jugador más peligroso del equipo de Guardiola. En el 18, obviamente, se cumplió la ley del fútbol: el que perdona, lo paga. Haaland, que aprovechó una cantada grosera de Raúl Asencio en un intento de despeje en el que midió mal, para vacunar de primeras a Courtois. El tanto no hacía justicia a lo que se estaba viendo en el césped del Etihad pero nadie ha dicho que el fútbol tenga que ser justo.

El Real Madrid, que había completado un primer cuarto de hora más que notable, acusó el golpe. Dudó. Perdió frescura. Pero Vinicius tuvo el empate en el 24 con un disparo que trazó una parábola tras tocar en Akanji y se estrelló contra el travesaño de Ederson.

Vacuna de Haaland

La puesta en escena del Real Madrid, magnífica, no estaba a la altura de un resultado que penalizaba la falta de acierto del equipo de Ancelotti. El 1-0 dio un respiro a un Manchester City que narcotizó el partido. Al campeón no le quedó más remedio que retroceder y replegarse a sus cuarteles de invierno. Frío hacía de sobra en el Etihad, desde luego.

Foden primero y Haaland después hicieron contener la respiración a Ancelotti. Igual que luego Akanji, en un remate de cabeza que se estrelló contra el travesaño de Courtois. Guardiola y Lillo dieron un respingo que ni el Fiscal General del Estado cuando pasa por una tienda Movistar. Al Madrid se le fue agotando el tiempo camino del descanso y el City, que es una banda atrás, resistió como pudo y celebró cada despeje como si fuera un rondo.

Aké en los minutos de añadido sacó in extremis un disparo desde fuera del área de Mbappé que habría supuesto un dolorosísimo 1-1 camino del vestuario en el Etihad. Y luego otra vez Kylian desperdició un gol cantado dentro del área sin nadie que le estorbara. Se libró el City de milagro y se fue al intermedio con un inesperado en inmerecido 1-0 a su favor.

El descanso no sentó bien al Real Madrid, que pudo haber encajado el 2-0 en un lío que se hizo Asencio en la salida de balón y que derivó en los pies de Haaland. El noruego tardó un nanosegundo en armar la pierna y toparse, por suerte para Ancelotti, con el palo derecho de Courtois.

Aprieta el Madrid

Reaccionó el equipo de Ancelotti con una jugada coral que inició Bellingham con un pase magnífico a Fede Valverde y finalizó el propio Bellingham con un cabezazo que se marchó por muy poco. En el 54 disparó al muñeco Mbappé en un remate dentro del área pequeña de forma inexplicable.

Percutió, percutió y percutió el Real Madrid hasta que, de tanto percutir, llegó el gol. Fue en la peor ocasión de todas. Recogió Ceballos un rechace tras una falta mal botada por Fede Valverde y le puso un pase medido, maravilloso, un pase que sólo da un genio, al desmarque de Mbappé, que remató con la tibia tan mal, tan mal, tan mal, que engañó a todos y logró su objetivo: anotar el 1-1.

El Real Madrid, aunque fuera con un tiro malo y feo, obtenía el premio a su buen juego. Nunca un empate fue más merecido. En la jugada siguiente pudo hacer Fede Valverde el 1-2 en una contra que finalizó con un tiro cruzado que lamió por fuera el palo derecho de Ederson. Perdonaba el Madrid y siguió perdonando incomprensiblemente en una ocasión de Bellingham, clamorosa, que se durmió dentro del área y tiró al muñeco ante el meta del City.

Haaland golpea de nuevo

Así que, con el partido dominado por el Real Madrid y con los blancos perdonando todas las ocasiones, llegó el empate del City. Fue en un penalti innecesario de Ceballos sobre Foden encima de la línea del área grande. La pena máxima la ejecutó con precisión Erling Haaland, que volvía a poner a su equipo por delante de forma inmerecida y sorprendente.

Pues nada, el Real Madrid estaba realizando su mejor partido de la temporada y se iba a ir al Bernabéu con una derrota si no lo solucionaba en los minutos finales. Y menos mal para la justicia y para los blancos que Ederson perdió una pelota estúpida, Vinicius aceleró y tiró y el rechace del propio meta brasileño lo aprovechó Brahim llegando desde segunda línea para marcar el 2-2.

El tanto postrero de Brahim daba al menos al Real Madrid un empate que debió haber sido un triunfo por goleada. Pero no se vayan todavía, que aún hay más. En la última jugada del partido Vinicius robó la cartera a Ruben Dias, corrió, corrió y corrió y se la puso a Bellingham que abrochaba otra remontada, una más, del Real Madrid en la Champions con un marcador que no hizo justicia a lo que, en realidad, había sido un auténtico baño de los blancos. Un chorreo.

Lo último en Real Madrid

Últimas noticias