Aleksander Ceferin tendrá su final soñada de Champions League el próximo 29 de mayo. El presidente de la UEFA no se verá obligado a encontrarse cara a cara con los dirigentes del Real Madrid en un partido que medirá a los dos primeros ‘traidores’ de la Superliga, Chelsea y Manchester City.
Los blues y los citizens fueron los primeros que se bajaron del proyecto de la nueva competición que prometía revolucionar el fútbol europeo y acabar con el monopolio de una UEFA que, lejos de sonrojarse, sigue ejerciéndolo como acaba de demostrar en la Europa League. El organismo dirigido por Ceferin se ha quedado el 40% de las entradas de la final para sus compromisos con directivos y patrocinadores.
Así las cosas, Ceferin disfrutará de dos equipos construidos a base petrodólares intentar conquistar la corona continental europea. El Chelsea, forjado en los millones del empresario ruso Roman Abramovich, apeó al Real Madrid de la carrera por el título. Por su parte, el Manchester City, club-estado de Emiratos Árabes Unidos, se deshizo del Paris Saint Germain para alcanzar una final de Champions League tras haber gastado más de 1.000 millones en la era Guardiola.
El dirigente esloveno no se ha sonrojado ni lo más mínimo a la hora de intentar complacer a estos dos equipos. «Bienvenido de nuevo a la familia del fútbol europeo», dijo públicamente Ceferin después de que los citizens se bajasen de la Superliga.
El dirigente, después de amenazar públicamente a Real Madrid, Juventus y Barcelona por seguir adelante con la Superliga, se ha mostrado más que indulgente con estos equipos-estado. No en vano, el presidente de la UEFA se ha mostrado favorable a flexibilizar todavía más el fair-play financiero para que estos equipos forjados en el dinero y el doping económico puedan seguir obrando a su antojo. Ceferin ya tiene la final que quería.
