Javier Alberola Rojas pitó un penalti en contra del Real Madrid por mano de Jacobo Ramón. El canterano madridista, titular por las lesiones de Alaba y Rüdiger, se lanzó con todo para evitar que un disparo de Juan Cruz fuese a puerta. Tuvo la mala suerte de que el balón le pasó por encima de su cuerpo, impactando en su brazo, que estaba estirado. A pesar de que la mano estaba en posición natural, fue penalti. Se trataba de un disparo a puerta, por lo que no hubo ningún tipo de dudas.
Jacobo Ramón, que ya había debutado este curso con el Real Madrid, en Champions League ante el Salzburgo, volvió a entrar en los planes de Ancelotti. Cumplía hasta ese momento con las expectativas, cuajando un buen partido junto con Asencio, su habitual pareja en la zaga del Castilla. Pero cometió un penalti al tener la mala suerte de que tocó el balón en su mano al lanzarse a cortar un disparo de Cruz.
La estrella del Leganés se metió en el área sin oposición, en uno de los pocos fallos del conjunto blanco en defensa en la primera mitad. Fue entonces cuando Jacobo acudió al rescate. El central se lanzó a evitar ese disparo, pero el esférico pasó entre su cuerpo y el césped, impactando en su mano, que estaba estirada hacia abajo.
Según el reglamento de las manos, una mano que está apoyada de manera natural o que va hacia el punto de apoyo en el suelo no puede ser sancionada. Aunque, en esta ocasión, corta una clara ocasión del Leganés, puesto que el disparo de Cruz iba directamente a puerta y era una ocasión manifiesta. Por tanto, Alberola tenía que señalar la pena máxima. Y así hizo.
Juan Cruz, que lo había provocado, fue el encargado de tirar el penalti favorable al Leganés. El extremo, que había jugado en los últimos encuentros como lateral, no perdonó desde los 11 metros. El conjunto pepinero recortaba, de esta forma, distancias en el marcador, tras los dos primeros goles del Real Madrid, obra de Modric y Endrick.