Copa del Rey: Leganés-Real Madrid

Esta ronda es de Gonzalo

Un gol del canterano Gonzalo en el 92 dio al Real Madrid un angustioso pase a semifinales de la Copa del Rey tras eliminar al Leganés

Los de Ancelotti desperdiciaron un 2-0 tras los goles de Modric y Endric y el Leganés llegó a empatar a dosk

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El Real Madrid se metió en semifinales de Copa tras ganar 2-3 al Leganés.

Un gol del canterano Gonzalo en el 92 dio al Real Madrid un angustioso pase a semifinales de la Copa del Rey tras eliminar al Leganés. Los de Ancelotti desperdiciaron un 2-0 tras los goles de Modric y Endrick. Remontó un Leganés que nunca le perdió la cara al partido, pero el equipo madridista logró la clasificación con otro gol milagroso. Como tantas veces.

Rotaba Carletto. ¡Aleluya!. Rotaba mucho. Mogollón. Con la mitad de la cabeza en el derbi, la otra mitad en el Etihad y si queda algún hueco para acordarse de los árbitros, al Real Madrid –y a su entrenador– le estorbaba la Copa. Con el Atlético el domingo y el Manchester City el martes a Ancelotti le sobraban los motivos para cambiar medio equipo en Butarque. Sin los lesionados, incluidos Rüdiger y Alaba, los dos últimos en caer, el técnico madridista dejó fuera de la convocatoria a Mbappé y Bellingham y sentó a Vinicius.

Sí que estaba Lunin, portero de Copa, y los canteranos Asencio y Jacobo como inédita pareja de centrales del primer equipo del Real Madrid. A los costados Fede Valverde, incansable comodín de Ancelotti, y Mendy en busca de su mejor yo que, dicho sea de paso, nunca fue gran cosa. Por delante Tchouaméni en su posición natural junto al viejo Modric. La línea de tres mediapuntas se la iban a repartir Brahim, Güler y Rodrygo, mientras que el nueve era para el bullicioso Endrick.

Un once que se parecerá al del derbi y al del Etihad como un huevo a una castaña, pero un once competitivo para superar al pegajoso Leganés, cuyo entrenador sí salía con (casi) todo quizá para que no le pasara lo que a su vecino Getafe en el campo del Atlético de Madrid. Así que nos dieron las nueve y arrancó el fútbol en Butarque. Golpearon primero los locales en una jugada en la que Diego García retrató primero a Jacobo y después a Marco Asensio, los dos imberbes centrales de Ancelotti. La sacó Lunin con un paradón, igual que una falta lateral de Óscar que se envenenó.

Partido sin dueño

Había salido canallita el Real Madrid. No es novedad, oiga. Hubo que superar los primeros diez minutos para ver el primer córner a favor del equipo de Ancelotti. Vendría en el 13 la primera ocasión visitante. La tuvo Endrick, que recibió un pase imponente de Brahim, pero conectó la pelota de forma más defectuosa y Soriano pudo desviar con algún apurillo.

La ocasión animó al Madrid pero no le perdió la cara el Leganés, que respondió con un cabezazo de Óscar en el área pequeña que no cogió portería porque el canterano madridista no giró el cuello. La respuesta llegó en las botas del viejo Modric, que apareció desde segunda línea para vacunar de puntera al Lega y aprovechar un pase de Rodrygo que recorrió toda la línea del área grande pepinera sin que nadie acertara a despejar.

Con el marcador viento en popa, el Real Madrid se asentó en un ritmo cómodo mientras que el Leganés trataba de recuperar un punto de presión alta. Pero no se esperaban los pepineros que, sin comerlo ni beberlo, les cayera el segundo. Se asociaron en la frontal del área Rodrygo, Brahim y Fede Valverde. Pared a pared la pelota se cruzó en el camino de Tapia que, en su intento de despejar, asistió a Endrick, que aguardaba con la caña para hacer lo que hizo: el 0-2.

Sesteó el Real Madrid con el partido (aparentemente) resuelto y en su pecado de pereza llevó la penitencia. Fue una pena máxima que cometió el pardillo Jacobo Ramón al echarse al suelo para hacer un penalti como si en lugar de central fuera portero. Desde los once metros no falló Juan Cruz, a pesar de que Lunin adivinó el sitio.

No se rinde el Leganés

El tanto, ya casi al final del primer tiempo, permitió al Leganés irse al descanso todavía muy vivo. Los locales estaban a un gol de la prórroga mientras que al Real Madrid no parecía importarle demasiado. En el intermedio Ancelotti metió al campo a Vinicius y sacó a Rodrygo. Precisamente en sus botas tuvo Vini el 1-3 con un disparo raso dentro del área que sacó con un pie milagroso el meta Soriano.

Dominaba sin grandes agobios el Real Madrid mientras dejaba pasar el tiempo. Perdonó Endrick en el 57 un cabezazo casi bajo palos a la salida de un córner. El brasileño estaba a la par activo y acelerado. Y el Madrid tan dormido que encajaría el 2-2 en el 58. Fue una maniobra individual de Juan Cruz, que tiró la pared con Brasanac y condujo por el área sin que nadie le saliera al paso. Después su disparo se envenenaría tras tocar el Mendy y despistar a Lunin, que se quedó a contrapié y paralizado.

El gol picó al Real Madrid, que volvió a dar un paso al frente. Vinicius las pedía todas porque quería solucionar el partido él solito. Su equipo jugaba al ritmo lento del cuarentón Modric. No le bastaba para descomponer a un Leganés que había vuelto a la vida gracias a su esfuerzo y a la pereza blanca. En los visitantes todo empezaba y acababa en un Vinicius incisivo y chupón. Más lo segundo ni lo primero.

Nos aproximábamos al cuarto de hora postrero del partido y empezaba a percibirse el tufillo de la prórroga. Brahim se topó con el palo en un mano a mano ante Soriano que resolvió con una preciosa vaselina. Ancelotti decidió sacar del campo al invisible Güler para meter a Ceballos a ver si le daba algo de ritmo a su equipo. Poco después Alberola Rojas mostró una amarilla merecidísima a Jacobo Ramón, que se llevó puesto a un jugador del Leganés a pachas con Tchouaméni.

Dos tazas de prórroga

Más cambios de Ancelotti. El canterano Gonzalo por Endrick y Fran García por Mendy. Un disparo de Raba en el 84 hizo lucirse a Lunin para evitar el tercero del Lega. En el córner posterior reclamaron los locales un penalti por manos de Fran García. No lo hubo y eso que el VAR lo revisó por delante y por detrás por si acaso.

Pudo haber evitado la prórroga Tchouaméni con un cabezazo a la salida de un córner que le salió demasiado centrado. Lo intentaron Valverde y Ceballos en el rechace, pero nada. El Real Madrid, corto de personal y largo de partidos, se condenaba a una innecesaria prórroga tras haber ido ganando 2-0. O eso parecía. Porque en el Real Madrid nada es como parece. Hubo que esperar al 92 para que un canterano de nombre prosaico, Gonzalo García, cabeceara a la red un maravilloso centro de Brahim desde la derecha.

Sin tiempo de reacción el gol de Gonzalo sentenciaba al Leganés y, de paso, metía al Real Madrid en semifinales de Copa con sufrimiento. Allí le espera ya el Atlético… y puede que también el Barcelona. Pero esa ya será otra historia.

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