Jefe Alaba. Así se puede definir lo que es el austriaco en el vestuario del Real Madrid. En su primera temporada como jugador blanco se ha ganado a todos sus compañeros. Su calidad y dotes defensivas están fuera de toda duda, pero es que la caseta madridista ha podido conocer de primera mano el carisma de un jugador que ha cautivado en todos estos meses a jóvenes y veteranos. Todos les respetan. Todos les admiran. David es un futbolista diferencial que ha caído de pie en el conjunto blanco, donde espera levantar la Champions el próximo sábado.
Alaba es un jugador con un gran carisma que no ha tardado en hacerse íntimo de jugadores como Luka Modric. Sin ser de los más veteranos de la plantilla, sí se ha convertido en un peso pesado dentro del vestuario. El austriaco es uno de los mejores centrales del mundo, pero también es ese tipo de futbolista capaz de dar un grito o apoyar a un compañero cuando es necesario.
Por todo esto y a pesar de que no juega un partido desde el pasado 26 de abril, cuando sólo pudo participar en la primera mitad del duelo que midió a Manchester City y Real Madrid en la ida de los cuartos de final de la Champions, va a ser titular en la final ante el Liverpool. «En una final no sólo es importante el físico, sino la habilidad y también la experiencia en este tipo de partidos», aseguró el propio Carlo Ancelotti en rueda de prensa la pasada semana, donde confirmó la presencia del central ante los ingleses.
Alaba volverá a ser el jefe de la defensa madridista. El austriaco formará al lado de Eder Militao, que se espera que con la tranquilidad que le da el central mejore un rendimiento que ha ido a menos en las últimas semanas. El Real Madrid necesita la presencia de los dos al cien por cien para acercarse a la Decimocuarta y el madridismo sueña con ver al austriaco levantando una silla al final del partido. Serán buenas noticias.
