Los últimos movimientos en el mercado parece que pueden traer buenas nuevas para el Real Madrid. El Manchester United, uno de los clubes fuertes en estos momentos en el mercado que cuenta con una partida importante para reforzarse este verano, habría visto como su Plan A se viene definitivamente abajo. Los Red Devils llevan semanas de negociaciones con el Borussia Dortmund para lograr el fichaje de Jadon Sancho, un tira y afloja que ha terminado por romper la cuerda.
«Nosotros contamos con Jadon. Jugará en el Dortmund la próxima temporada, la decisión es definitiva», declaró Michael Zorc, director deportivo de los alemanes, frustrando las negociaciones con los ingleses, descartando así su Plan A y dejando libres los 100 millones que pretendían invertir en el joven extremo británico. En el Real Madrid esperan que, dentro de la multitud de opciones que manejan en el United con su Plan B, acabe seleccionando las que dejan premio en sus arcas.
El United dispone de 100 kilos para firmar a un jugador diferencial para su zona ofensiva… o dos. En el Madrid tienen el cartel de se vende tanto James Rodríguez como Gareth Bale, dos jugadores por los que el cuadro inglés ha mostrado interés en diferentes momentos de este turbulento 2020. De hecho las pretensiones de los blancos con el colombiano y el galés no son muy altas y solo esperan que llegue una oferta razonable por ambos para poder darles salida tras un año prácticamente en blanco.
Ya por mayo el Madrid esperaba sacar por James y Bale un montante que rondara los 75 millones de euros. En tres meses la situación ha cambiado sustancialmente y quizá esa cuantía que esperan ingresar en el Bernabéu por ellos sea incluso menor en estos momentos, aunque lo que realmente interesa en la cúpula es deshacerse de los altos emolumentos que perciben ambos futbolistas. En Manchester ya coquetearon con James en las últimas semanas y se habló de una oferta por el colombiano de 25 millones de euros que satisfacía a los intereses del club. Lo de Bale parece una historia de difícil solución.
El caso del galés es totalmente diferente. Está completamente sentenciado por todos los escalafones del club y solo esperan una vía factible para darle salida, aunque las ofertas hasta ahora han brillado por su ausencia, sobre todo por su cabezonería e imposición salarial: solo se iría cobrando exactamente lo mismo que en la capital española: 17 kilos. No todos pueden –y quieren– pagar tal cantidad por una temporada del británico, más cuando sus últimos precedentes deportivos (y extradeportivos) no son nada halagüeños.
