El Real Madrid se paseó en casa contra Bilbao Basket. Los madridistas se impusieron por 95-61 a los de Álex Mumbrú, en un partido sentenciado prácticamente en el primer cuarto. Desde el exterior encontraron los blancos la forma de matar las aspiraciones de los vascos, que salieron valientes al parqué del Wizink, pero que pronto sucumbieron ante el gran acierto de los de Laso. Liderados por Hanga –19 puntos–, Yabusele –18 puntos, tres rebotes y cuatro asistencias– y Poirier –16, 9 y 2–, los madridistas siguen la estela del Barça en esta Liga Endesa.
El partido medía al segundo del campeonato frente al penúltimo. Con un balance de dos victorias y seis derrotas se presentaba Bilbao en la capital, buscando una machada que apuntaba a imposible. Se aferraban quizás al desgaste producido por los blancos ante Baskonia y, sobre todo, contra el Bayern, frente al que sufrieron más de la cuenta al final del partido para llevarse el triunfo.
Pero los de Laso no dieron apenas tiempo a la especulación. En esta Liga no quieren más sustos y, tras la derrota en casa ante el Gran Canaria, estaban obligados a ganar, para no sucumbir ante las dudas. Por ello, tras un 0-5 favorable a los vizcaínos, comenzó el recital. Yabusele y Hanga sacaron el armamente y lanzaron a los blancos en los primeros minutos. Tras un parcial de 20-6, los madridistas se fueron doblando la puntuación de los bilbaínos al término de los primeros 10 minutos.
Los madridistas castigaban en exceso a su rival con un gran acierto de tres, que alcanzó el 66% en el primer cuarto. La dinámica se mantuvo durante el siguiente cuarto, en el que lejos de dar una tregua, los de Laso pusieron aún más tierra de por medio. Se resignaba Mumbrú, que trataba de convencer a sus jugadores de que si lograban frenar a los blancos desde el perímetro, había opciones de pelear por la victoria. Pero era tarde.
En el segundo cuarto, los madridistas volvieron a llevarse el parcial de forma holgada. La diferencia rondó en todo momento los 30 puntos, marchándose a los vestuarios con un comodísimo 54-29. Al acierto de los madridistas había que sumar su gran defensa, que impidió que Bilbao apenas anotase más allá que desde la línea de personal.
Con la reanudación del encuentro en el tercer cuarto, las fuerzas sí que se igualaron más, pero la diferencia era insalvable. Los de Laso se gustaban y se desataban desde la línea de 6,75. Habían encontrado el punto débil de los bilbaínos y tenían la muñeca caliente, clavando otros 15 puntos desde fuera, que les llevaron a un 77-49 a la media hora de juego.
En el último cuarto, pese a tener todo decidido, siguió el correctivo madridista. Los de Laso se marcharon por encima de los 30 puntos en el marcador, con el estreno anotador de Llull en el partido. De tres, como no podía ser de otra forma. Hacía mucho que los de Mumbrú habían arrojado la toalla y prueba de ello fueron los 12 puntos que anotaron en el cuarto cuarto. Al final, victoria muy cómoda de los blancos, que se quedaron al borde de la centena de puntos.