Con mucho sufrimiento se impuso el Real Madrid a Maccabi. Hasta la última jugada del partido tuvieron que ir los blancos a remolque en el marcador, pero por suerte Thomas Heurtel apareció a tiempo para resucitar a los de Pablo Laso. En unos últimos minutos espectaculares, el francés consiguió darle la vuelta al marcador, asistiendo en la canasta ganadora a su compatriota Yabusele para cerrar el partido con un 72-70.
El Wizink Center de la capital española acogía a uno de los clásicos por excelencia del baloncesto europeo. El conjunto blanco buscaba seguir metiendo presión al Barça, en la víspera del enfrentamiento entre ambos en la Euroliga, y sumar su décima victoria consecutiva. Enfrente, un irregular pero siempre peligroso Maccabi que quería dar la sorpresa.
Sin embargo, todo apuntaba a otro paseo triunfal de los madridistas. Yabusele y Hanga comenzaron mandando en el partido, dando una cómoda ventaja a los blancos en los primeros minutos. Se marcharon de 10 los de Laso en apenas medio cuarto, pero los israelíes reaccionaron a tiempo, con un gran Reynolds, reduciéndola a dos al término del primer acto.
La buena defensa visitante evitó que los madridistas tuviesen apenas buenas oportunidades para lanzar desde fuera. Maccabi cortocircuitaba el juego madridista, que se veía obligado a tirar de individualidades. Y con eso bastó para resistir en el marcador. Los de Sfairopoulos conseguían imponer su dominio, aunque sin excesivas diferencias. Una tendencia que no paró tras el descanso.
El Madrid había pasado de lo que parecía un partido plácido a ir a remolque. No estaban muy finos de muñeca y los israelíes no daban tampoco facilidades, haciendo un partido perfecto en defensa. Les costaba mucho conectar a los de Laso, que se desquiciaba en la banda viendo como el juego de los suyos no fluía y estaba muy lejos de lo que han mostrado hasta ahora en la Euroliga.
A todo esto se unió un gran Wilbekin, que comenzó a abrir diferencias más importantes al final del tercer cuarto. El cortocircuito de los madridistas en ataque era más que evidente, gracias a una solidez tremenda del equipode Tel Aviv, y prueba de ello fue su pobre puntuación en los 10 minutos siguientes al descanso, quedándose en 13 puntos, frente a los 21 de los israelíes.
El cuarteto galo da la vuelta al partido
Se complicaba mucho el encuentro para los locales. El escenario de cara al último cuarto era más que atípico en el Wizink, teniendo en cuenta lo visto durante el último mes y medio. Sin embargo resucitaron a tiempo. La calidad de Causeur y Poirier comenzó a imponerse sobre la pintura. Reynolds mantenía a a raya a los blancos, pero Maccabi empezaba a mostrar grietas.
Perfectos en el bloqueo durante todo el encuentro, las imprecisones del final les costaron el partido. Eso y que Heurtel apareció con tres canastones seguidos para darle ocho puntos a los blancos –con dos triples seguidos– y ponerles a tres a falta de 20 segundos para la conclusión. Aún hubo tiempo para que Williams igualara a 70, pero de nuevo el galo aparecía para asistir a su compatriota Yabusele, que confirmó la remontada en el último segundo.