El Real Madrid ha sumado un refuerzo espectacular de cara al final de la temporada y en el lugar más necesario. Adam Hanga, después de una campaña de estreno con altibajos en el conjunto blanco, se ha erigido en la gran revelación del conjunto dirigido por Pablo Laso y Chus Mateo en un puesto de base que si bien no le es ajeno, no fue por el que el Madrid apostó por él el pasado verano.
Las ausencias de Alocén y Williams-Goss, ambos por bajas de larga duración, sumadas a la condición de apartado de Thomas Heurtel dejaban un abismo en la posición de ‘1’ en el que Laso debía evitar caer. Para ello se tiró del parche habitual, un Sergio Llull que regresó a la aventura después de haber reconvertido su baloncesto como escolta, con la ayuda del polivalente Alberto Abalde, que no terminó de cuajar debido a problemas físicos que también tiraron de la ecuación a Llull.
Así las cosas, el Real Madrid se presentaba en los Playoffs de Liga Endesa necesitados de un director de juego, un generador que pudiera alimentar de alguna forma a las estrellas interiores del equipo. Hanga adoptó el papel y la subida automática de rol, aun teóricamente fuera de sitio, se tradujo de inmediato en la mejor versión del húngaro.
Las grandes sensaciones que ha dejado Hanga en los Playoffs, especialmente en la serie de semifinales frente a Baskonia, van más allá de sus notables números. De hecho, la estadística en la que más destaca es en el +-, que evalúa el balance de los equipos con cada jugador en cancha. Ahí, Adam es el segundo mejor de toda la Liga, sólo por detrás de su compañero Walter Tavares, el coloso oficial de lo que llevamos de postemporada.
En su debe, teóricamente, deberían estar las pérdidas y el escaso número de asistencias dadas, pero su condición no natural de base lo explica y aun con ello, se ha destacado como un gran gestor de ataques, colmando lo solicitado por Laso y Mateo. Hanga lleva el balón seguro de lado a lado y maneja muy bien cómo activar a sus compañeros. Además, se ha destacado como especialista en el triple a larga distancia, recuperando la faceta de tirador de sus primeros años como profesional en Hungría.
El rol de Hanga en el próximo Madrid
En el club tampoco ha pasado desapercibida la explosión de Hanga, que no hace sino reforzar la apuesta de la sección por seguir invirtiendo en jugadores referencia en posiciones más altas. El Madrid apunta a hacer un desembolso considerable en dos piezas como Mario Hezonja, ya cerrado, y Dzanan Musa, encarrilado, que superan los dos metros y serían competencia directa de Adam, que pasará a priori a contar con más minutos en calidad de generador secundario en teórico puesto de escolta e incluso como base en momentos de emergencia, aunque para este puesto se esperan dos refuerzos.
Hanga tiene contrato en vigor hasta 2024 con el Madrid y su situación en el club no se ha planteado de cara a una salida pese a que durante semanas el rendimiento no fue el esperado. El húngaro es, junto a Abalde, la pieza más polivalente del sistema de Laso y su supremacía física le permite destacar, a sus 33 años, por esta faceta y por una experiencia en la élite que le ha llevado a contar con un papel preponderante en el Real finalista de la ACB, que continuará teniendo a Hanga como su ‘1’ titular.