Rebelión en Cataluña por el escándalo de las mujeres con barba en el fútbol femenino: «Son hombres»
Este periódico da voz a presidentes y directivos de la Liga preferente catalana femenina que claman contra este asunto
Este sábado fue noticia el Terrassa 1-3 Europa B por la presencia de Álex y Nil, delanteras que están en proceso de transición para cambiar de sexo
La explicación de lo ocurrido este fin de semana y toda la polémica generada
El caso de las dos jugadoras con barba en el fútbol femenino catalán sigue dando que hablar. La participación de dos jugadoras trans en el equipo filial del Europa ha provocado un terremoto futbolístico en las categorías inferiores de Cataluña, donde algunos representantes de club han levantado la voz ante lo que consideran una clara injusticia deportiva.
Este periódico ha servido como altavoz de algunos clubes de la Liga preferente catalana que denuncian una situación que no hay que normalizar en el fútbol femenino. Cataluña ha sido la primera comunidad autónoma en decir ‘basta’ a escenarios como el que se produjo el pasado sábado, cuando la presencia de dos mujeres que están actualmente haciendo su transformación a hombres en el Terrassa-Europa B, con victoria para las visitantes, fue una de las noticias del día en el deporte de España.
«No son chicas, son hombres», es la afirmación generalizada de los clubes más perjudicados en cuanto a resultados de un campeonato que ha sido más mediático por este asunto transgénero que por la propia calidad de las futbolistas que lo componen. Álex y Nil son las delanteras cuyos nombres se han viralizado en los últimos días. Evidentemente, el insulto no tiene cabida en este escabroso asunto y ya ha sido condenado por su club, el Europa, pero el sentimiento mayoritario de esta Liga femenina indica que «hay que levantar la mano».
Eso es justo lo que le pide el presidente de uno de los 16 clubes que la componen en declaraciones a OKDIARIO. Solicita a la «Federación Catalana ponerse manos a la obra» por las «diferencias» que pueden generar la participación en los partidos de jugadoras de esta condición biológica y física. «Hay que ser conscientes de que llega un momento de que ya no son chicas a nivel físico. Nuestras chicas también empiezan a notarlo», añade.
Además, este directivo nos explica que esto pasa «por desgracia» en «más equipos de la categoría, no sólo en el Europa B». A bote pronto, apunta a dos jugadoras en proceso de transición para cambiar de sexo en el Mataró y otra en el Reus. Por eso, nos cuenta un mecanismo que ha adoptado algunos entrenadores de su club y remarca que «esto no es de este año», refiriéndose a la actuación de futbolistas de esta condición: «Cuando algún entrenador quería preparar el partido, sabiendo que se enfrentaba a un equipo que tenía jugadoras en proceso de ser transgénero, invitaba a chicos del juvenil para que se fueran adaptando a lo que puede ser la fuerza de un hombre».
El físico es la clave
Este directivo, en concreto, defiende la política de su club en este sentido: «Hay 160 chicas y 120 chicos más o menos. Y yo ni me considero racista ni homófobo ni muchísimo menos, pero creo que a nivel deportivo se nos está empezando a notar ya». Preguntado por en qué facetas del juego lo nota, responde lo siguiente: «En la fuerza física porque al final llega un punto que no son chicas, o sea, son hombres».
Lo que más llamó la atención generalmente de este punto a simple vista fue que estas jugadoras que participaban en este encuentro de fútbol femenino fue que tenían barba. Uno de los presidentes, que recientemente se han visto perjudicados a nivel de resultados por esta situación, relata una anécdota en la previa del choque frente al Europa B: «Salimos al campo con nuestras niñas pequeñas de la mano, como hacen los equipos grandes, porque consideramos que era un buen partido y queríamos tener más afluencia de público. Cuando estaban en el túnel de vestuarios para salir, obviamente se extrañaban de ver estas dos chicas con su barba y las miraban como extrañadas».
«Un jugador no te marca la diferencia, pero al final se acaba notando. Se acaba notando todo. El jugador puede ser más o menos técnico, pero se nota», afirma, mientras que escuda a sus jugadoras, de las cuales ninguna ha alzado la voz porque «como está la sociedad hoy en día, según como y a quien se lo digas, te pueden poner una etiqueta que tampoco queremos».
«El problema está en que a la mínima que alguien alce la voz y diga algo le van a señalar con el dedo. Y eso es lo que no queremos, ya sabes. Nuestras chicas al final dicen ‘ostras son hombres los que están jugando’, pero no se atreven a decir ‘¿qué pasa aquí?’», continúa este directivo. La solución es compleja y «debería» comenzar por una respuesta por la Federación Catalana.
Llamamiento a la regulación del fútbol femenino
«Tienen que regular esto. ¿Cómo? No lo sé. Porque al final si en mi DNI pone que soy mujer, claro, voy a tener todo el derecho de jugar en un equipo femenino. Pero claro, ¿cómo se hace? No sé cómo se puede confeccionar todo esto sin que te crucifiquen», sentencia este presidente. Las goleadas del Europa (0-4 al Santa Sussana y 1-6 al Cerdanyola) han acabado de despertar el malestar entre algunos clubes de esta Liga.
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