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En una emotiva carta

Rafa Nadal desvela la «lección» más impresionante que le dio su tío Toni para triunfar en el tenis

Rafael Nadal ha publicado una emotiva carta abierta

Destaca algunos momentos clave y desvela una de las lecciones de su tío Toni

El apartado de las lesiones, difícil de gestionar

Rafael Nadal ha publicado una emotiva carta abierta en la que pasa revista a su carrera, destacando algunos momentos que a posteriori fueron fundamentales para convertirse en tenista profesional y una leyenda del deporte de la raqueta. La figura de su tío Toni Nadal fue clave como siempre ha reconocido, y ahora desvela una de las lecciones que le dio cuando era un niño.

«Creo que tenía unos 12 años. Me encantaba ir a pescar (…) Un día fui a pescar, cuando podía haber estado entrenando y al día siguiente perdí mi partido (…) mi tío, que a esa corta edad tuvo una gran influencia en mí y que fue quien hizo que me enamorase del tenis, me dijo: ‘Está bien, es solo un partido de tenis. No llores ahora, no tiene sentido. Si quieres pescar, puedes pescar. No hay problema. Pero entonces perderás. ¿Y si quieres ganar? Si quieres ganar, lo primero es lo primero’. Fue una lección muy importante para mí», cuenta en su carta titulada El Regalo y publicada en la web The Players Tribune.

Nadal ha convivido con las lesiones durante su larga carrera, pero no ha sido fácil para él ese apartado. «Me lesioné cuando tenía 17 años y me dijeron que probablemente nunca volvería a jugar al tenis profesional. No es solo una pequeña fisura en el pie, es una enfermedad, no tiene cura, solo tratamiento. Es el Síndrome de Mueller-Weiss (…) Pasé muchos días en casa llorando, pero fue una gran lección de humildad y tuve la suerte de tener una familia que siempre han estado y están muy cerca de mi en todo y sobre todo mi padre, la verdadera influencia que he tenido en mi vida, que siempre fue muy positivo: ‘Encontraremos una solución’, dijo. ‘Y si no, hay otras cosas en la vida aparte del tenis’ (…) después de mucho dolor, cirugías, rehabilitación y lágrimas, se encontró una solución, y durante todos estos años fui capaz de resistir».

Las vivencias de Nadal

Algunos de sus mejores recuerdos como profesiona, son sin duda «la Copa Davis en 2004, Roland Garros en 2005, por supuesto Wimbledon en 2008. (…) ¡Hay tantos! Tengo muchísimos recuerdos increíbles. Sin embargo, nunca puedes dejar de esforzarte. Nunca puedes relajarte. Siempre tienes que mejorar. Esa ha sido la constante de mi vida: Siempre superar los límites y mejorar».

«Pasé por un momento muy difícil, mentalmente, hace unos años. El dolor físico era algo a lo que estaba muy acostumbrado, pero hubo momentos en la pista en que tenía problemas para controlar la respiración y no podía jugar a mi mejor nivel. (…) Afortunadamente, no llegué al punto de no poder controlar cosas como la ansiedad, pero todos los jugadores pasan por momentos de dificultad para controlar la mente. (…). De lo que estoy más orgulloso, a pesar de haber luchado, es de que nunca me rendí, siempre di el máximo», cuenta Nadal, que insiste en que «en los buenos momentos nunca me creí Superman y en los malos, nunca pensé que todo era un desastre» y espera que su legado «sea que siempre intenté tratar a los demás con profundo respeto».

«Esta era la regla de oro de mis padres. De niño, mi padre siempre me decía: ‘Mira a tu alrededor y observa a las personas que admiras, cómo tratan a los demás’. Me llevé esa lección conmigo a todos los partidos que jugué. No me impulsaba el odio hacia mis rivales, sino un profundo respeto y admiración. Simplemente intentaba mejorar un poco para poder seguirles el ritmo. ¡No siempre funcionaba! Pero lo intentaba», finaliza.