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Euroliga: Real Madrid - CSKA de Moscú

Higgins asalta el Palacio en la tercera derrota seguida del Real Madrid

  • Nacho Atanes
  • Redactor de deportes y canterano de OKDIARIO. Desde 2016 cubriendo la información de tenis. También baloncesto, fútbol, ciclismo y otros contenidos.

El Real Madrid sufrió su tercera derrota consecutiva en una temporada que había comenzado como un tiro. El equipo blanco cayó frente al CSKA de Moscú (88-93) en un encuentro de alternativas y en el que el acierto desde el triple de los rusos (15/26) , sumado al cansancio final de los de Laso, terminó decantando la balanza del lado visitante.

Con la baja de Llull y el inicio impropio del Real Madrid, Campazzo quiso ser el niño en el bautizo, la novia en la boda y el muerto en el entierro… y lo logró con una efectividad asombrosa. Calidad, trabajo y carisma al servicio de un Palacio de los Deportes que enloquecía con el base argentino, que en mitad de la vorágine de baloncesto de un Madrid liderado por sus 178 centímetros anotó un triple sobre la bocina desde más de 20 metros. El Facu sólo es pequeño en tamaño.

El Madrid estaba de vuelta y refrendó el volteo de sensaciones con un parcial de 10-0 de salida con Ayón y Rudy como actores principales en el largometraje de Campazzo. Laso dio descanso al pequeño jefe, que sólo pudo descansar dos minutos por la carga de faltas de un Prepelic al que como base aún le faltan toneladas de lectura y tranquilidad. El esloveno tiene un gran potencial, también como ‘1’, pero debe medir sus acciones por su bien y el del equipo merengue, al menos mientras Llull esté lesionado.

El CSKA no es un cualquiera y con Pieters y Clyburn como ejecutores, lograron volver al mandato del partido, que se había convertido en una batalla digna entre dos de los equipos más grandes del continente. El público y el televidente ya ni se acordaban de los Sergios, ausentes uno en cada bando por lesión, y se centraban en elogiar cada robo de Rudy, la pelea de Ayón o el duelo Campazzo – Hackett, una mezcla de UFC y trash talking llevada al parqué con el argentino como ligero vencedor, al igual que el Real Madrid, cuando sonó la bocina del descanso.

El nerviosismo se apoderó al comienzo del tercer cuarto del Real Madrid, con Taylor como cara visible de una frustración injustificada que hizo regresar al CSKA al liderato. Con un Higgins estelar y De Colo sumando con triples inverosímiles, los moscovitas se colocaron como favoritos al triunfo final, manejando ventajas de diez puntos que sólo fueron maquilladas con la aparición final de Rudy, quien estaba empeñado en poner emoción al encuentro a la espera del último cuarto.

La actuación arbitral convertía el Wizink Center en una caldera, pero los jugadores madridistas también se habían sobrecalentado por decisiones, en más de una ocasión erróneas, y que sin duda no iban a pecar de caseras. Higgins aprovechaba para seguir desangrando a una defensa flojita flojita de los exteriores que se emparejaban con él, y sólo Carroll, sin mucha cabeza, ponía la réplica cuando regresaban unos diez de desventaja que obligaban a apelar a la heroica para amarrar el triunfo.

El triple estaba marcando la diferencia y lo siguió haciendo, debido a la impotencia madridista desde la larga distancia, donde sólo un acertadísimo Rudy se desmarcaba de la debacle. Higgins y Clyburn se sumaban para convertirse la pesadilla de un Madrid que no parecía preparado para remontar. El cansancio mermaba a las piezas principales en la remontada de la primera parte y los Thompkins o Taylor no mostraron la inspiración necesaria para acabar con un CSKA que, a pesar de los triples finales de Campazzo en el último minuto, se alzó con la victoria y el liderato de una Euroliga a la que aún le queda mucho en su fase regular, pero ya ha dado el primer toque al Real Madrid.