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La cláusula de Griezmann tiene trampa: son 200 millones hasta septiembre

El Atlético no teme la amenaza del Barça por llevarse a Antoine Griezmann. Tras la ratificación de la sanción de la FIFA por parte del TAS, el club blindó a su estrella para que ningún equipo puntero de Europa pudiera arrebatárselo. Su cláusula de rescisión pasó de 100 millones de euros a 200 hasta septiembre, según informa el diario Marca. Por eso Simeone comentó, a su llegada a Múnich, que no tenía miedo de que los azulgrana se lleven a su estrella.

Si el Barcelona quiere al francés en este mercado de fichajes tendrá que abonar los 200 millones de euros. Ese es el compromiso al que llegaron el club y el jugador al renovar su contrato tras confirmarse la sanción. Griezmann anunció que se quedaba en el Atleti después de un mes bastante movido, con declaraciones suyas insinuando que se marchaba al Manchester United.

Griezmann sabía que no podía dejar tirado al Atleti en una situación así. La subida de la cláusula demuestra la intención del delantero de jugar esta temporada en el conjunto del Manzanares. Finalmente amplió su contrato por una temporada.

Esa renovación tiene trampa. Los 200 millones de cláusula son sólo hasta que finalice el presente mercado de fichajes, el 31 de agosto, es decir, a partir del 1 de septiembre automáticamente desciende hasta los 100 millones de euros. Es tan sólo para blindarle ante la imposibilidad de poder fichar hasta enero.

La bajada automática de su cláusula deja la puerta abierta a una posible salida, ya sea en enero o el próximo verano. Hasta entonces si el club catalán quiere al francés como recambio de Neymar, que ya ha comunicado a sus compañeros que se marcha al PSG, deberán destinar la mayor parte de los 222 millones que ingresarán por el brasileño para pagar el fichaje del delantero rojiblanco.

En el Atleti están tranquilos, confían en que Griezmann siga fiel a su compromiso de no irse este verano. «Ahora más que nunca, todos juntos», dijo el galo tras confirmarse la sanción. Una vez renovado, el futbolista reconoció que «no podía dejarlo tirado ahora» y por eso había tomado la decisión de quedarse, al menos, un año más.