Carlos Alcaraz, un poeta en Nueva York
Carlos Alcaraz es el protagonista de esta edición del US Open al dejar por el camino al tercer cabeza de serie, Stefanos Tsitsipas, tras una batalla de más de cuatro horas en la Arthur Ashe. A sus 18 años, el tenista español pupilo de Juan Carlos Ferrero ha hecho su presentación al mundo y está listo para escribir su propia historia
Con 18 años, el tenista murciano ha logrado algo que en su día no hicieron ni Federer, ni Nadal, ni Djokovic
Carlos Alcaraz ha hecho su presentación al mundo en el US Open, en la Arthur Ashe, el escenario más grande del mundo del tenis. A sus 18 años, selló el billete a octavos de final tras una épica batalla ante el número 3 de la ATP, Stefanos Tsitsipas. Descubre quién es el gran protagonista de esta edición del Grand Slam americano, el tenista español pupilo de Juan Carlos Ferrero, que ha empezado a escribir con letras de oro su propia historia.
Desde hace tiempo se viene hablando de Carlos Alcaraz en España como una de las grandes promesas de nuestro tenis. Se podría pensar que sucede por el ávido deseo de encontrar alguien que pronto tome relevo a Rafa Nadal, el mejor tenista español de la historia. Las comparaciones son tan odiosas como habituales, pero Carlos Alcaraz se mantiene al margen, centrado en escribir su propia historia. Y los primeros versos ya han quedado grabados.
Hoy todo el mundo habla de Alcaraz tras su épica victoria ante Stefanos Tsitsipas, número 3 de la ATP, lograda en el desempate del quinto set para meterse en los octavos de final de un Grand Slam con 18 años. Era su primera vez en la pista central de un torneo de máxima categoría y el español apenas necesitó unos minutos para meterse al público en su bolsillo. Los encandiló con su contagiosa pasión por el tenis, su descaro y una potente derecha que dejó completamente alucinado a su rival. «No habría ganado sin ellos», comentó Alcaraz para agradecer al público el apoyo.
Pero su victoria en Nueva York, «la más importante de su carrera», según el propio Carlos, no se entendería sin el trabajo que hay detrás. Desde bien pequeño demostró su talento con la raqueta y su padre lo supo guiar y ponerlo en las mejores manos. Entró en la Academia JCFerrero-Equelite, empleando más y más horas hasta convertirse en pupilo del que fuera número uno mundial, Juan Carlos Ferrero.