El Barça está para los ‘leones’
El Athletic de Bilbao dio la campanada en los cuartos de final de la Copa del Rey. Un gol de Iñaki Williams en el tiempo de descuento puso a los vascos en las semifinales del torneo del K.O. desatando la locura en San Mamés. El delantero, que falló unas cuantas ocasiones, vio un gol anulado y hasta dejó lesionado a Piqué tras una carrera, finalmente encontró el premio a su empeño en el tiempo añadido.
El Barça, que fue reconocible en muchos momentos con un juego que destiló quilates, pagó caro perdonar varias ocasiones claras. Messi y Griezmann vieron cómo Unai Simón les sacaba sendos manos a mano en la segunda mitad, mientras que los culés reclamaron un penalti sobre De Jong que el VAR no concedió.
Setién hizo más reconocible al Barça introduciendo a cuatro centrocampistas y sacrificando a su MVP de la Copa, Antoine Griezmann, para apostar por la dupla Messi-Ansu Fati. El Barça ganó, y de qué manera, en posesión horizontal en los primeros minutos del choque.
Cerca del área y muy bien acompañado por peloteros, Messi se pudo soltar la melena amenazando la portería en los primeros compases con varios disparos taponados por la defensa local y asistiendo a un Ansu Fati que no tuvo el acierto de partidos precedentes.
El Athletic, sin embargo, daba una sensación de peligro tremenda. Cada vez que se acercaban generaban algo e Iñaki Williams abrió el marcador en posición ilegal tras una peinada Íñigo Martínez en un córner. Martínez Munuera no dudó y lo anuló para desazón de un San Mamés que empujaba como un elefante.
El Barça se sacudía la presión como podía, pero ni mucho menos era sencillo. El empeño de Setién en sacar el balón por bajo hizo que los locales se creciesen en sus ganas por presionar forzando hasta tres fallos con el balón en los pies de Ter Stegen. Dani García, gracias a uno de ellos, perdonó una ocasión que se marchó por milímetros a la media hora.
Las cosas no carburaban para un Barça que estaba nervioso y una muestra de ello fue tres futbolistas culés –incluido Messi– recibieron una amonestación en la primera mitad. El Athletic, a base de oleadas, tuvo más ocasiones ante unos azulgrana que conforme pasó el tiempo se convirtieron en más estériles en la ofensiva. De Jong entraña el vivo retrato de ello.
El descanso no cambió en exceso el semblante del partido. El Athletic seguía dominando la situación, pero algo estaba a punto de cambiar. La entrada de Griezmann por Ansu Fati antes del minuto 60 cambió el decorado por completo. La movilidad del delantero francés abrió muchas puertas a un Barça que se agigantó durante 15 minutos.
El Barça perdonó
Rakitic, tras un exceso de confianza de Unai Simón, estrelló el balón en el poste. El portero se resarciría con hasta tres intervenciones de mérito ante Messi, Griezmann y Jordi Alba. El Barça incluso pidió un penalti sobre De Jong que el VAR rápidamente rechazó de plano.
Al Barça no aprovechó su momento y el Athletic recuperó desde las trincheras para salir a la contra con efectos devastadores para los intereses culés. Iñaki Williams, en un cara a cara, sacó los colores en velocidad a un Piqué que se marchó lesionado con dolores en la ingle.
Tan fuertes se vieron los locales que Garitano sacó de su retiro temporal a una bestia negra culé como Aduriz. El Athletic apretaba y apretaba en cada balón por alto, pero el Barça acechaba a cada despiste con Messi fallando extrañamente un mano a mano que le puso en bandeja Arthur en el minuto 87. El argentino quizá estaría pensando todavía en Abidal…
El Athletic, con Aduriz apostado en el área rematando cada centro, se volcó en los minutos finales y finalmente se llevó el gato al agua con el jugador que más lo había buscado. Iñaki Williams emuló a Anelka marcando un gol con la coronilla de la cabeza ante el férreo marcaje de Busquets. No se jugó más. San Mamés se vino abajo y el Athletic puede volver a hacer historia en su torneo fetiche. ¡Qué locura de Copa!