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Adiós a la humedad en tu casa: sólo tienes que poner este ingrediente en la ventana

  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

La humedad en el hogar es un problema relativamente común. Más allá de la incomodidad que puede provocar, también puede tener efectos negativos en la estructura de la vivienda. Los altos niveles de humedad pueden generar moho, hongos y otros problemas que requieren costosas reparaciones y, lo más importante, afectar el bienestar de quienes viven allí. Si bien existen múltiples soluciones comerciales para combatir la humedad, a menudo pueden ser caras o contener productos químicos dañinos. Sin embargo, hay un ingrediente que se encuentra comúnmente en la cocina y que ha demostrado ser un deshumidificador muy eficaz: la sal.

Lo primero y más importante es saber cuáles son las razones por las que se produce humedad en casa. Por un lado, la condensación, que  ocurre cuando el aire caliente y húmedo entra en contacto con superficies frías, como ventanas y paredes. Este fenómeno se da sobretodo durante el invierno, cuando las diferencias de temperatura son más notorias. Por otro lado, la humedad puede provenir de filtraciones en las paredes o techos. En algunos casos, la humedad del suelo puede ascender por capilaridad, afectando los cimientos y el interior de la vivienda. Finalmente, cabe señalar que actividades diarias, como tender la ropa, ducharse o cocinar, liberan vapor de agua en el aire. Sin una ventilación adecuada, este vapor puede aumentar los niveles de humedad.

La sal, el mejor aliado contra la humedad

La sal es un compuesto natural con propiedades deshidratantes, lo que la convierte en una herramienta eficaz para combatir la humedad en espacios cerrados. Su capacidad para absorber la humedad del aire la hace ideal para reducir los niveles de humedad en hogares, especialmente en zonas propensas a la condensación, como baños y cocinas.

Una de las formas más sencillas de usar la sal es mediante recipientes abiertos. Para llevar a cabo este método, se necesita sal (ya sea de mesa o sal marina) y un recipiente como un tazón o un plato hondo. Es tan sencillo como llenar el recipiente con una cantidad generosa de sal y colocarlo en una superficie plana y estable en las zonas donde se concentra la humedad. Con el tiempo, la sal se volverá húmeda a medida que absorbe la humedad del ambiente. Es recomendable revisar el recipiente cada pocos días y reemplazar la sal cuando sea necesario.

Otro método efectivo consiste en combinar sal y agua en un recipiente hermético. Para esto, hay que mezclar una taza de sal con una taza de agua, lo que permitirá que la sal se disuelva en el líquido. Este recipiente se deja en una habitación donde haya mucha humedad para que la sal la absorba a medida que se disuelve. Al igual que con la solución anterior, es fundamental verificar cada poco tiempo el estado del recipiente para asegurarse de que siga siendo efectivo.

Finalmente, colocar sal en la ventana es una técnica adicional que ofrece unos resultados fantásticos, especialmente en habitaciones donde hay condensación. Para aplicar este método, sólo se necesita un pequeño plato o tazón lleno de sal, que hay que colocar en la ventana afectada. Al igual que en los métodos anteriores, se debe revisar el plato con frecuencia y cambiar la sal cuando esté húmeda. Este método no sólo ayuda a absorber la humedad, sino que también es una forma sencilla de mantener las ventanas libres de condensación.

En resumen, la sal es una solución económica, ecológica y fácil de usar para combatir la humedad en el hogar. Ya sea mediante recipientes abiertos, la combinación de sal y agua, o colocándola en las ventanas, estos métodos pueden contribuir significativamente a mejorar el ambiente en los espacios cerrados.

Consejos adicionales

Si bien la sal es un aliado efectivo en la lucha contra la humedad, es crucial combinar su uso con una serie de estrategias para lograr los mejores resultados. Una de las medidas más importantes es garantizar una ventilación adecuada en las habitaciones. Abrir las ventanas a diario permite que circule el aire fresco, lo que ayuda a reducir la acumulación de humedad en el interior de la casa.

Otra opción a considerar es el uso de deshumidificadores eléctricos; dispositivos diseñados específicamente para extraer la humedad del aire de manera eficiente. Estos aparatos pueden ser muy útiles en situaciones donde la humedad es un problema persistente y difícil de controlar sólo con métodos naturales. Su uso puede complementar la acción de la sal, proporcionando un ambiente más seco y cómodo.

Además, es fundamental inspeccionar la vivienda en busca de filtraciones de agua y sellarlas adecuadamente. Este paso es esencial para prevenir que la humedad del exterior entre al interior de la vivienda. Por último, se recomienda evitar secar la ropa en interiores, ya que esto puede aumentar la humedad. Siempre que sea posible, es preferible secar la ropa al aire libre para mantener un ambiente más seco y saludable.