Si uno busca pasar unas vacaciones repletas de pasión, de «buen rollo», de bonitos atardeceres con copa vinos bien fría y de los placeres mediterráneos más intrínsecos y bellos de la tierra a la que rodea este mar, Mallorca es una opción a considerar en tu lista. Con una belleza discreta, una paz lenta que recae sobre la tierra… como trataba de explicar la diseñadora estadounidense Sybilla. Amarla es fácil, y sentir que esta isla es casa puede que sea la respuesta si nos preguntan ¿Por qué Mallorca?
Un viaje de los sentidos
La isla más grande de las Baleares acoge destinos y hospedajes únicos a los que querer volver año tras año. Y este, que parece saludarnos tímidamente, será uno de los veranos a los que, como en el pasado, volveremos a sentir y a disfrutar de las pequeñas cosas. De la intimidad y de esos instantes de felicidad que llenan nuestro ser. Cala Blava, en Mallorca, posee uno de los refugios más privados y recónditos del Mediterráneo: Cap Rocat.
Este hotel, miembro de Small Luxury Hotels of the World, es un destino con encanto en el que la naturaleza hace de él una maravilla única en Mallorca. Se encuentra en un área natural protegida de 30 hectáreas (incluidos 2 km de costa).
Elementos clave como su sencillez, una tranquilidad asegurada y su apuesta por los valores y productos que da la tierra mallorquina, te hacen descubrir, junto a sus incomparables vistas al mar, una experiencia de esas que serán imborrables.
En cuanto a su edificio, Cap Rocat, se levanta sobre los edificios de la antigua fortaleza de Cap Enderrocat. Y elevan esta experiencia de lujo dando la mano a una sencillez admirable en un proyecto en el que el diseñador Antonio Obrador se propuso defender la estética más mallorquina. Otro de los elementos clave en esta ubicación de la isla, es la exclusividad. Únicamente cuenta con 30 habitaciones y suites, las cuales cuentan con terraza privada para disfrutar de cada segundo de la luz del sol, o de la luna.
Suites con encanto
Así, en el enclave militar más exclusivo está la “Suite el Cabo”, donde además el huésped podrá disfrutar de un salón con decoración exclusiva y piscina privada. O la “Suite del Mar”, muy próxima a la playa de Cap Rocat, y que cuenta con jardines y piscina privada. En adición a las insuperables vistas al mar y donde el aroma a hierbas del huerto, que también se puede ver. Serán la fragancia que acompañe a su experiencia desde la habitación.
Por último, encontramos también en lo que antiguamente fueron puestos de vigilancia de la fortaleza una estancias de lujo denominadas «Las Centinelas«. Tres habitaciones que no dejan indiferente al cliente y que mantienen la esencia y el estilo característicos del hotel.
Esta «fortaleza de lujo» cuenta con un spa sumergido a 12 metros, excavado en la roca cuenta con iluminación natural; lo que lleva al cliente a realizar un auténtico viaje sensorial a través de diferentes experiencias. Gracias a la fusión de los productos naturales y de la más alta cosmética avanzada se complementa esta verdadera estancia en un auténtico oasis de paz.
Disfruta la gastronomía
Y, como no podía ser de otra manera en España, la gastronomía ocupa su lugar en el que poder ofrecer la posibilidad de disfrutar de los auténticos sabores de Mallorca. Son dos las propuestas que, bajo los sabores del mediterráneo, hacen de la cocina una experiencia dedicada a tu paladar. De la mano del chef Víctor García, el restaurante La fortaleza (galardonado con dos soles de la Guía Repsol) ofrece una propuesta basada en el producto más tradicional.
Mientras que el protagonismo de Sea Club, el otro de los encargados de saciar nuestras ganas de comernos Mallorca, muestra opciones más sencillas.
Además, Cap Rocat ofrece la posibilidad de realizar salidas en barco de entre 4 u 8 horas para disfrutar del encanto de la costa mallorquina y descubrir esos rincones a los que jamás podríamos llegar a pie. Para descubrir las calas más increíbles con accesibilidad desde el mar. Todo ello desde el barco customizado también por Antonio Obrador (con patrón).
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