Hoy hablaremos de una maravillosa construcción situada en la colonial y pintoresca localidad mexicana de San Miguel de Allende. Se trata de una vivienda situada en el centro histórico llamada ‘Casa Lluvia Blanca’, una obra del estudio House+House Architects.
Los dueños son de ascendencia danesa y cubanoamericana y, como cuentan los arquitectos a la publicación especializada en arquitectura Amazing Architecture, querían que su hogar fusionara las tradiciones de Marruecos, México y la moderna danesa. La sala, el comedor, la cocina, la biblioteca y la suite principal en la planta baja se abren a una serie de patios llenos de plantas que inundan de luz cada espacio. Cúpulas elípticas y vigas de madera talladas a mano esculpen los techos. Los colores lavados a mano van del ocre al turquesa intenso, de los naranjas intensos a los verdes suaves.
La casa de San Miguel de Allende se compone de dos suites para huéspedes en el segundo piso tienen cada una una terraza privada al aire libre y se accede a ellas a través de un puente curvo que se eleva a través de la sala de estar de doble altura, revestida con relucientes rejas de vidrio curvo. Una de las suites está inspirada en el amor de uno de los dueños por Marruecos con chimenea abovedada y bañera esculpida a mano, luces de hojalata cortadas y fregadero de peltre martillado. La otra suite refleja el amor del cliente por la campiña francesa con colores más suaves, cortinas ondeantes y una ducha con azulejos ovalados.
Las amplias formas curvas crean asientos empotrados, chimeneas y paredes altas de vidrio. Una escalera larga y estrecha con ventanas del piso al techo en la parte superior e inferior y tragaluces a lo largo de la escalera conecta tres pisos en un respiro espiritualmente poderoso de blanco sobre blanco, el único color que proviene del cielo y los árboles. El piso superior continúa esta paleta blanca en áreas familiares, de estudio y de bar envueltas en ventanas que se abren a varias terrazas y balcones. Un spa elevado tiene una vista de 360 grados a las torres de la iglesia y a las montañas de la zona. Una escalera de caracol conduce a la terraza de la azotea, donde las cúpulas y las chimeneas se unen a los acogedores asientos para reuniones íntimas bajo las estrellas.
Una vivienda que mezcla distintas culturas en su interior pensada, para su máximo disfruto. Descansar en sus estancias es una agradable experiencia. Espacios pensados para desconectar dotados, de un gusto exquisito.
